CUERNAVACA. En noviembre de 2021, campesinos, representantes de organizaciones no gubernamentales y consumidores de marihuana firmaron en Morelos el Plan Tetecala, una estrategia que busca recuperar la libertad de siembra, cultivo y explotación de cannabis sativa a nivel nacional, meses después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) despenalizara el autoconsumo lúdico de la planta. Sin embargo, los orígenes del plan se remontan a 2019, de la mano del abogado Andrés Saavedra y la participación de mujeres campesinas de Morelos.
“Hoy existen diferentes lugares donde se está cultivando cannabis y diversas asociaciones que lo están haciendo, pero el lugar principal sigue siendo Tetecala”, explica Saavedra.
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Para Blanca Morales, una de las firmantes del Plan Tetecala, en Morelos, y que actualmente se dedica a extraer el cannabidiol (CBD) de la planta para la elaboración de pomadas, cosméticos y otros productos, el fin prioritario del movimiento, al que califica de “revolucionario”, es empoderar a las mujeres campesinas y en condición de vulnerabilidad, quienes fueron las primeras en alzar la mano para su cultivo y transformación. En Tetecala, doña Rosa se convirtió en el ejemplo de otras mujeres campesinas que se armaron de valor para abanderar el libre cultivo de la planta.
“Nuestra revolución es hacer que el desarrollo económico sea directamente para la campesina, el campesino y la mujer que se encuentra en una economía vulnerable. Lo que va a hacer la campesina es cultivar y cosechar. Lo que va a hacer la mujer en vulnerabilidad es transformar la planta en medicina, en cosméticos, en una infinidad de productos”, explica Blanca, para quien la elaboración de productos cannábicos se ha constituido como una forma de vida.
Como si se tratara del esquema que utilizan las cadenas de cosméticos y ciertas marcas de calzado, la venta de productos cannábicos del Plan Tetecala funciona mediante un catálogo de productos y una matriz ubicada en la comunidad de Ahuatepec, en Cuernavaca.
En el Centro de Intercambio por el Libre Cultivo es posible dar no sólo con pomadas y aceites, sino también con plantas vivas que el consumidor puede llevarse a casa, así como distintas presentaciones de planta secas que se ofrecen bajo los nombres de Tetecala Rose, Gorilla Cuautla, Colima OG, Sinaloa Runtz, Red Runtz y Bola Mintz.
“Es un modelo de negocio como de ciertos cosméticos: hacemos llegar el catálogo al cliente final, es decir, con una tienda existente. Esa tienda le da a las distribuidoras una ganancia, con un margen muy bueno”, detalla Blanca, que hoy sueña con consolidar su propia marca de productos cannábicos, apostándole a los cosméticos.
Con orgullo, Blanca afirma que el fin primordial del comercio en el Plan Tetecala es la colectividad, a diferencia de otras cadenas que ya comercializan con CBD en el país. “No queremos eso de las mujeres, no queremos explotar a los campesinos”, sostiene. El plan aspira a fortalecer la economía de los campesinos morelenses dotándolos con las herramientas que requiere el nuevo mercado.