La música es una disciplina que, por su naturaleza colaborativa, tiene el poder de transformar y fortalecer los lazos entre sus exponentes, especialmente cuando esos vínculos son familiares.
Este es el caso de varios grupos de hermanos en la localidad, quienes, desde una edad temprana, han compartido escenarios, experiencias y logros a través de esta manifestación artística.
Hermanos que comparten su gusto por la música
Un ejemplo de ello son las hermanas Ruth, Ana Victoria y Gabriela Lozano, quienes señalaron que su amor hacia la música se dio por influencia de su abuela, quien tocaba el violonchelo en la Orquesta Sinfónica de la UAT.
"También tenemos influencia de nuestros padres, quienes aman la música y sobre todo mi papá, quien en ese entonces tocaba mucho la guitarra", comentaron para EL SOL DE TAMPICO.
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Otro caso similar es el de Melissa, David y Gustavo Rueda, tres talentos que se han dado a conocer como miembros de la OSUAT y fundadores del proyecto Cuarteto Hermanos Rueda.
"Mi hermano empezó primero cuando terminó sus estudios de secundaria y, realmente, él fue una influencia muy grande en mi hermana y en mí. Seguí los pasos de mi hermano y estudié música", comentó Gustavo.
La formación musical de los hermanos
Al hablar sobre su formación dentro de la música, las hermanas Lozano comentaron que sus clases comenzaron de la mano de María Teresa Cortinas del Riego y de Armando Vargas Guevara.
"Gabi ya formaba parte de la orquesta, pero fue hasta con el maestro Armando Vargas que las tres estuvimos juntas como integrantes en la sección de violonchelo", explicó Ana Victoria.
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También detallaron que todas estudiaron la Licenciatura en Música, aunque cada una tuvo un crecimiento diferente dentro de la profesión. A pesar de esto, el tiempo las unió para que llegaran a formar parte de la misma OSUAT y crear su propio grupo: Elgar Diseño Musical.
Mientras tanto, Gustavo mencionó que Melissa no estudió profesionalmente la música; sin embargo, el contacto con sus hermanos permitió que todos ellos tuvieran una formación y capacidades similares.
"Hemos tomado cursos, nos hemos estado preparando en ciudades como Xalapa o Morelia, donde hemos tomado clases de especialización en música de cámara, de cuerda y en dirección orquestal", mencionó.
Las diferencias son parte del crecimiento
Compartir el escenario, comentaron todos los hermanos, no solo significa tener un vínculo, también implica enfrentarse a diversos retos, tales como diferencias creativas.
"Cuando los hermanos tratan de liderar en una agrupación, hay muchos roces y fricciones que hay que entender. La vida personal se queda afuera del ensayo y queda un enfoque en el que se llegan a tener acuerdos musicales", destacó Gustavo.
De igual modo, las hermanas Lozano coincidieron en que estas experiencias les permiten fortalecer la comunicación y crecer musicalmente a través de las críticas, recomendaciones y observaciones.
“Sobre todo, el crear recuerdos duraderos en familia, donde ahora no solo nuestros papás nos acompañan a los conciertos, sino también nuestros hijos, son sentimientos tan maravillosos que consolidan un vínculo sólido y enriquecedor como familia”, declararon.
La música permite fortalecer los lazos de hermandad
Tanto las Lozano como los Rueda señalan que la música ha sido una fuente de proyectos que los han llevado a todo tipo de escenarios; desde centros comerciales hasta lugares emblemáticos como el Castillo de Chapultepec.
Además, esta profesión es una manera de fortalecer vínculos entre sí y les permite dejar huella entre sus seres cercanos y la sociedad que los rodea.
"A lo largo de los años, hemos tenido la dicha de crecer juntas, no solo en lo personal, sino también en lo profesional, viendo cómo nuestras carreras musicales se entrelazan, creando armonías tanto en los escenarios como en la vida diaria", describieron Ruth, Ana y Gabriela.
Por su parte, Gustavo detalló esta actividad como un puente con el que él, Melissa y David han transformado su vida, marcando la primera generación de músicos en su familia.
“Es un lazo en el que tenemos una hermandad realmente carnal y musical. Estamos unidos por la música, y eso es algo que, cuando los problemas y las diferencias familiares llegan, la música los apacigua”, aseguró.
Hermanos en la música
Además de las Lozano y los Rueda, Tampico y su zona conurbada son el hogar de otros grupos de hermanos que comparten el amor por la música.
Tal es el caso de Iram Nadir, Jenny Raquel y Amor Alejandra González Morales, quienes integran Los Malagueña, una iniciativa con la que pretenden llevar la tradición hacia nuevas fronteras.
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Juan Carlos y Manuel Barroso; Gonzalo y Luis Quintero; Fabián, Elías y Roberto Argot también son hermanos que han dedicado su vida a una misma profesión: la música.