El revuelo generado a nivel nacional e internacional por el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, de los que dos fueron encontrados con vida, no genera el mismo interés en esta ciudad fronteriza, ya que la población se ha acostumbrado a vivir con los enfrentamientos.
En este municipio, gobernado por el morenista Mario Alberto López Hernández, la tranquilidad es momentánea, ya que en cualquier instante se puede desencadenar una balacera, emboscada o narcobloqueo que trastoca la actividad diaria, pero que apenas termina todo vuelve a la normalidad.
El fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios Mojica, reconoció en la rueda de prensa desarrollada en la Ciudad de México, que en esta región operan carteles de la droga que controlan actividades delictivas como trasiego y venta de droga, secuestro y extorsión.
Patrullajes no dan tranquilidad
La presencia o reforzamientos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Guardia Estatal no ha generado un ambiente de paz, lo que ya es conocido por los matamorenses que tienen que estar atentos a las alertas SDR o Situaciones de Riesgo.
“Sabemos que salimos de la casa pero no si vamos a regresar, todos los días puede pasar una balacera en la que quedemos en medio, como les pasó a los estadounidenses” dijo el señor Martín N, residente en la colonia Las Brisas, en este municipio tamaulipeco.
El último enfrentamiento fue el viernes 3 de marzo, en el que una mujer que al parecer salía de un establecimiento comercial, a unas dos cuadras de la balacera, fue alcanzada por un proyectil que le arrebató la vida.
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“Puede ser en cualquier lugar, los 'topones' no son solo en zonas despobladas, ya se agarran a balazos en plena zona centro” lamento Josué N, quien es empleado de una maquiladora y que todos los días tiene que salir a temprana hora a trabajar.
Los sectores de alta incidencia
Sectores como Las Brisas, la Popular y Mariano Matamoros son considerados como los de alta incidencia delictiva, aunque el resto del municipio no está exento de ser escenario de una emboscada o refriega entre autoridades y malhechores o integrantes de dos bandas criminales antagónicas.
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Quienes viven en esta franja fronteriza, desde Matamoros hasta Nuevo Laredo, saben que al escuchar o enterarse de una balacera lo más recomendable es “primero cubrirse, sacarle vuelta y continuar tu camino, no te vaya a pasar como a los gringos que se los llevaron” dijo Sujei N, del sector centro.
La constante sobre el secuestro de los procedentes de Carolina del Sur es el mismo entre los matamorenses, quienes aseguran que si hubieran sido mexicanos o migrantes nunca hubieran sido localizados y engrosarían la lista de los más de 12 mil desaparecidos que tiene el estado.
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"De la misma forma que en Matamoros se buscaron a cuatro ciudadanos norteamericanos desaparecidos en esa ciudad, con un amplio operativo de búsqueda en campo, debieron buscar a tu familiar al momento de presentar la denuncia", cuestionó Geovanni Barrios, integrante del colectivo Justicia Tamaulipas.
Hoy pareciera que existen dos Tamaulipas, el de la frontera con ciudades como Matamoros, Reynosa, Río Bravo y Nuevo Laredo donde la población se acostumbró a las balaceras; y el sur con Tampico, Ciudad Madero y Altamira, donde los niveles de seguridad son considerados de los mejores del país.