Con una vela apagada, flores secas y la justicia que no llega escomo ha transcurrido el primer mes del asesinato de "Guille",convirtiéndose en otro crimen sin respuesta.
Era lunes el 18 de septiembre cuando el hallazgo de un cuerposin vida en la calle Alvaro Obregón casi esquina con Tamaulipas,en la parte posterior de un banco, aterró a lo vecinos de lacolonia Ampliación Unidad Nacional.
Más cuando constataron que se trataba de la muy queridaGuillermina Parrilla Santiago, de 61 años de edad, quien laborabaen el servicio doméstico en varias casas de ese sector residencialmaderense.
Ella vivía en la zona norte de Veracruz, de donde salía todoslos días a temprana hora para dirigirse a trabajar, pero desdehacía varios meses era acosada, según sus vecinos, por suexpareja sentimental, por lo que varias ocasiones se quedó adormir en las viviendas donde elaboraba.
Desde el primer momento se estableció al ex de “Guille”como el sospechoso principal, pero un mes después las autoridadesno informan de los avances de las investigaciones.
Fue asesinada de más de una veintena de cuchilladas, con sañademencial, descartándose el robo ya que las pertenencias estabansobre el cadáver.
"Es una situación vergonzosa, que la autoridad simplemente nodé respuestas, que las supuestas indagatorias que hacen no denresultados y que los crímenes como este feminicidio quedenimpunes", dijo Nury Romero Santiago, del Encuentro NacionalFeminista.
Recordó que en Ciudad Madero el caso de “Guille” se suma alde Marisela Rojas Santiago de 36 años, quien fue macheteada el 5de junio del año 2016 por su propio esposo Andrés PérezMaldonado, de 46, en su casa del andador Anguila en elFraccionamiento Miramar, perdiendo la vida diez días después.
"Se supo quién era y nunca lo atraparon, las mujeres tenemosmiedo ante este desinterés de la autoridad por protegernos ysancionar a quienes agreden o matan cobardemente a mujeres demanera impune", dijo la activista.
En Tampico el 19 de septiembre de este año hubo otro crimen deuna mujer, siendo asesinada Carmen Obispo Hernández, de 21 años,originaria de Xilitla, en el estado de San Luís Potosí yrealizaba sus estudios universitarios en la zona.
La joven, quien además formaba parte de una conocida escuela debaile, arrendaba un pequeño departamento en la planta baja delinmueble situado en Avenida Mayor número 116 de la colonia LauroAguirre.
En lo que fue la escena de este horrendo asesinato hay sólo unacruz con ramas secas, al pie una veladora apagada y la gorra rosade “Guille” en recuerdo de una mujer a quien la vida le fuearrebatada de manera vil.