Durante la madrugada del domingo 10 de octubre, un avión que transportaba a un grupo de paracaidista se estrelló poco después de despegar.
El desastre provocó que 16 personas perdieran la vida y seis resultaran con lesiones graves. El avión L-410 era propiedad de un club aeronáutico de la ciudad de Menzelinsk, en Tatarstán, Rusia.
LA AERONAVE SE PARTIÓ EN DOS
De acuerdo con lo declarado por el gobernador de Tatarstán, Rustam Minnikhanov, a 70 metros de altura los pilotos informaron que su motor izquierdo había fallado e intentaron un aterrizaje de emergencia, sin embargo, al momento de hacer la maniobra una de las alas chocó contra un vehículo al momento de aterrizar y se estrelló.
Según imágenes difundidas por el ministerio de Situaciones de Emergencia de Tatarstán, el avión se partió en dos por el impacto. Sobrevivieron los seis paracaidistas que iban sentados en la parte trasera y llevaban casco. El director del club aeronáutico dijo que su asociación no se responsabilizaba del percance.
INVESTIGAN VIOLACIÓN EN SEGURIDAD
El aparato que se desplomó había formado parte del Ministerio de Defensa antes de ser adquirido por el club aeronáutico.
Anteriormente estuvo al servicio de la Fuerza Aérea de la Unión Soviética. Luego fue almacenado y llegó a formar parte de la Sociedad Voluntaria de Ayuda al Ejército, la Aviación y la Marina.
En Rusia, los clubs aeronáuticos cuentan con una larga tradición, debido a que son los centros de formación para los cosmonautas. Ya se ha abierto una investigación por violación de las reglas de seguridad y de explotación del transporte aéreo, según el comité de investigación ruso.
LOS SINIESTROS SIGUEN EN RUSIA
Aunque el gobierno ruso ha reforzado sus normas de seguridad para la aviación, los accidentes no han cesado.
El mes pasado se reportó que un avión de transporte Antonov An-26 se estrelló en el extremo oriente de Rusia, causando la muerte de seis personas.