Estados Unidos ya no confía en sus propias tropas. El FBI informó el inicio de un proceso que someterá a escrutinio a 25 mil miembros de la Guardia Nacional apostados en Washington para la toma de posesión de joe Biden, además de controles de seguridad en otros estados, debido a sospechas de vínculos con grupos violentos y partidarios del presidente saliente, Donald Trump.
Las autoridades federales también investigan a grupos políticos que habrían orquestado la violencia el pasado 6 de enero en el Capitolio, lo que significa que el sorprendente asalto no habría sido espontáneo.
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El Pentágono se dice preocupado por la posibilidad de un ataque o amenaza proveniente de los mismos efectivos que participan en garantizar la seguridad en el acto de asunción de Biden a la presidencia estadounidense, por lo que el FBI tuvo que activar la investigación de todos los miembros de las tropas desplegadas.
De acuerdo con el Washington Post, la preocupación se intensificó tras la identificación de “una lista cada vez mayor de personas con vínculos con las fuerzas del orden y el ejército”, incluidos al menos dos miembros del servicio, entre los manifestantres que irrumpieron en el Congreso presuntamente instigados por Donald Trump para impedir la certificación del triunfo electoral de Biden.
EXTREMISMO
El FBI ha recibido notificaciones 68 relacionadas con sospechas de extremismo entre miembros del Ejército, incluido nacionalismo blanco, antifascista, antiaborto y creencias antigubernamentales, indica el diario.
Medios de EU también han identificado a grupos políticos dentro y fuera del Partido Republicano, así como a organizaciones extremistas como los Proud Boys y el Tea Party, que donaron recursos y organizaron a los alborotadores que asaltaron el Capitolio.
Grupos de donantes han ayudado a “comprar chalecos antibalas y otras piezas de protección para nuestros patriotas”, escribieron miembros de los Proud Boys en redes sociales, artículos destinados para la manifestación “Detengan el Robo” del pasado 6 de enero.
