PARÍS, Francia.- Cataluña se encontraba en pie de guerra a la hora del referéndum sobre la independencia previsto para este día en abierto desafío a la autoridad del gobierno central de Madrid.
Unos 5.3 millones de electores están inscriptos para participar en esta consulta que se desarrollará en un ambiente explosivo, debido a la multiplicación de manifestaciones contra la consulta realizadas en las grandes ciudades de España. La tensión también creció por los preparativos de los independentistas para desafiar las medidas del gobierno español.
En Madrid, unas 10 mil personas reunidas en la Plaza de Cíbeles entonaron el himno de la Falange Española, “Cara al Sol”, y enarbolaron banderas españolas con el sello de armas franquista.
En reacción al desafío independentista, otras 300 personas se reunieron por la mañana en la Plaza Sant Jaume de Barcelona, donde hicieron flamear estandartes de la España y vocearon consignas a favor de “la unidad de España” y de protesta contra el referéndum: “Vosotros, golpistas, sois los fascistas”, “No votaremos” y “Puigdemont a prisión”, refiriéndose al presidente de la Generalitat. Por la tarde, un millar de manifestantes recorrió la Vía Laietana de Barcelona para proclamar su repudio a la consulta y su adhesión a la unidad de España.
El gobierno catalán previó 2 mil 315 colegios y 6 mil 249 mesas electorales en toda la región más un dispositivo de 7 mil 235 personas para organizar las operaciones de votación, a pesar de la suspensión dispuesta por el Tribunal Constitucional. Desde el jueves, ese organismo ordenó a los Mossos d’Esquadra (policía catalana) que impidan la apertura de los centros de votación.
En cumplimiento de esa orden, miles de agentes de ese cuerpo acudieron el viernes a mil 300 de esos colegios para intimar a sus ocupantes a desalojar las instalaciones antes de las 6:00 horas del domingo. Esta noche, solo 163 de los mil 300 colegios vigilados permanecían ocupados por grupos independentistas. La policía autonómica tampoco practicó ningún desalojo ni requisó material logístico para la votación, como urnas, papeletas o registros de electores.
A fin de perturbar la votación, el gobierno de Madrid también bloqueó ayer los servicios informáticos para el sufragio telemático y de recuento de votos, cumpliendo una disposición del Tribunal Superior de Justicia catalán. La Guardia Civil acudió por la mañana al Centro de Telecomunicaciones y Tecnología de la Información (CTTI) de la Generalitat para comprobar si se había ejecutado esta orden.
A pesar de la tensión, salvo incidentes menores, no se registraron actos de violencia graves en la jornada del sábado, consagrada a la
reflexión.
La situación podría calentarse a primeras horas del domingo, dado que el mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, en cumplimiento del mandato judicial, ordenó a todas las unidades del cuerpo cerrar todos los colegios electorales antes de las seis de la mañana, requisar las urnas e incautar materiales que podrían servir para realizar el referéndum.
Las autoridades no descartan que los soberanistas intenten algunos operativos comando para penetrar por la noche en los recintos de votación. Los independentistas fueron incluso acusados de proyectar acudir con niños a las escuelas para entorpecer la intervención policial.
El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, siguió el desarrollo de los acontecimientos desde el Palacio de la Moncloa y desde la primera hora del domingo se encargará de analizar la evolución de la situación con su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Educación y portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo. OEM-Informex