/ martes 1 de agosto de 2023

Nuevos libros de texto de la SEP omiten al INE

“Se está truncando la historia de los últimos 50 años”: Jacqueline Peschard, investigadora de la UNAM

Los nuevos libros de texto gratuitos para niños de cuarto, quinto y sexto grado de primaria que diseñó el gobierno de la llamada Cuarta Transformación ponen el acento en la democracia del país, pero no mencionan al Instituto Nacional Electoral (INE), el órgano encargado de organizar las elecciones.

En una revisión hecha por El Sol de México a los 30 libros de texto que se autorizaron para primaria en la Secretaría de Educación Pública (SEP), se encontró que en los textos de los últimos tres grados relacionados con Nuestros Saberes y Proyectos de Aula se enseñará a la niñez sobre la democracia.


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De acuerdo con la versión digital, con fecha al 21 de julio, de los libros que se entregarán al inicio del ciclo escolar 2023-2024 y cuya distribución se alista durante la capacitación a maestros, los niños también aprenderán a impulsar su participación en asambleas, campañas y encuestas, así como a investigar los requisitos para ser candidatos a puestos de elección popular, como Presidente de la República, gobernador o presidentes municipales.

El libro de quinto grado indica que el objetivo de la democracia “es manejar los desacuerdos y conciliar los distintos intereses en la vida pública para, así, mejorar la convivencia en diversos espacios de la vida cotidiana; por ejemplo, en la familia, el salón de clases, la escuela o un grupo de amigos y amigas que necesiten tomar una decisión, elegir a un representante, colaborar para mejorar el entorno o pedir cuentas a una autoridad”.

En el resto de las 16 páginas que dedica a su estudio y aprendizaje plantea una serie de preguntas y actividades para que los alumnos conozcan y ejerzan la democracia, entre ellas: “¿qué es la democracia y cuál es su importancia?, ¿cuál es la diferencia entre una sociedad democrática y una que no lo es?, ¿cómo se toman las decisiones en un sistema democrático?, ¿qué creen que significa vivir en democracia? y ¿se puede vivir en una democracia si algunos piensan que no todxs son iguales?”.

Bajo el nombre Valoro la democracia y su historia, por ejemplo, en el libro Proyecto de Aula de sexto grado se pide a los niños hacer una obra de teatro para aprender del proceso democrático, esto sin mencionar que México tiene una institución como el INE, encargada de organizar el proceso electoral que puede llevar a la construcción de la democracia.

En ese mismo grado, pero en el texto Nuestros Saberes se vuelve a abordar el tema, en el capítulo de Principios éticos, pacto social y democracia.

En el texto de quinto grado se aborda bajo el título Democracia para una sociedad con justicia e igualitaria, mientras que en el de cuarto grado lleva el nombre de Conflictos interculturales y democracia participativa.

En ninguno de ellos se hace una exposición histórica de movimientos sociales o partidistas sobre el proceso democrático en México, pero sí se establecen diferentes conceptos. En el libro de sexto grado se define a la democracia “como forma de gobierno, busca que todos los habitantes puedan decidir lo que se hace en su comunidad y no sólo un grupo de ellos. La democracia es el gobierno ‘del pueblo y para el pueblo’”.

En el de quinto grado se indica que “la palabra democracia deriva del griego demos, ‘pueblo’, y kratos, ‘poder/gobierno’. Esto se traduce como el ‘poder/gobierno del pueblo’. En la actualidad, se considera a la democracia como un sistema político en el que se tiene el derecho al voto para elegir a los representantes en elecciones periódicas, lo que se conoce como democracia representativa”.

En ese libro se dedica un menor espacio al tema, sólo una página con tres párrafos: en el primero se conceptualiza, el segundo se refiere a la democracia representativa en México, que define como aquella que se basa en la elección de representantes mediante el voto universal.

“Los partidos políticos tienen el poder de gobierno en virtud de su representación. Sin embargo, actualmente se reconoce la necesidad de avanzar hacia una democracia participativa para responder mejor a las complejas realidades sociales”, indica sin decir cómo es el proceso y qué institución está a cargo de ello. Es decir, omite toda mención al INE.

El último párrafo presenta qué es la democracia participativa, esto es “el involucramiento ciudadano en el proceso de toma de decisiones públicas mediante mecanismos de democracia directa, como la consulta e iniciativa popular, el referéndum, el plebiscito, la revocación de mandato, entre otros”.

Enseguida añade que en el país hay resistencias para hacer eso efectivo: “quizá la problemática mayor sea la integración de sectores de la población históricamente marginados o excluidos, como los pueblos originarios y las comunidades afromexicanas. Frente a ello, la interculturalidad es un recurso importante”.

En el caso del libro de cuarto grado repite el concepto etimológico acerca de que la democracia proviene del griego demos, ‘pueblo’, y kratos, ‘gobierno’ y hace la única referencia histórica: en la Grecia antigua, sólo ciertas personas tomaban decisiones sobre la aplicación de las leyes y lo hacían de forma pública.

“En México, las personas a partir de los 18 años tienen el derecho de emitir un voto libre y secreto para elegir a los gobernantes. Así, el Presidente, el gobernador de la entidad o los presidentes municipales gobiernan en representación de los ciudadanos; por ello se puede decir que México tiene un sistema de gobierno democrático representativo”.


UNA CRÍTICA MÁS

Jacqueline Peschard Mariscal, investigadora de la UNAM y exconsejera ciudadana del otrora Instituto Federal Electoral (1997-2003), lamentó que en los libros no haya una identificación no sólo de los actores, sino de los grandes procesos históricos del país y, uno de ellos, por lo menos en los últimos 50 años, tiene que ver con la transición a la democracia.

“Sí eso no está recogido en un libro de texto que les dé a los estudiantes datos muy claros de cómo cambió el régimen político del país, entonces la verdad es que se está truncando la historia de los últimos 50 años”.


Despojar al gobierno de ese control fue parte significativa en la transición democrática de México, que fue una demanda de la sociedad civil y diversos sectores y no contarlo o recogerlo en los textos sí es preocupante

Jacqueline Peschard, Investigadora de la UNAM


Aseguró que al omitir la construcción de instituciones como el INE, que buscan garantizar la participación política de los mexicanos, sólo se ratifica la campaña que se ha impulsado desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de esa institución.

Peschard Mariscal, quien se ha desempeñado como asesora electoral en diversos países como Irak, dijo que al no estar incluido en los libros el reconocimiento al INE o al proceso político y social que llevó no sólo a los partidos, sino a los movimientos sociales y sus actores a construir un modelo democrático en México “sí tiene que ver con la crítica que se le ha hecho al INE desde la Presidencia respecto de que no ha logrado erradicar, según el Presidente (López Obrador), lo que son prácticas fraudulentas”.

La especialista afirmó que eso “va en contra de los datos históricos que se pueden rescatar sobre votaciones, alternancias en los distintos niveles de gobierno, no sólo en el municipal, estatal y federal. Todo eso va dando cuenta de que efectivamente hemos logrado construir instituciones que pudieran garantizar que el voto se contaba y se contaba bien. Es decir, podían garantizar la integridad del voto que es el derecho político fundamental que es el de los ciudadanos”.

Jacqueline Peschard consideró que “detrás de la ofensiva y una campaña en contra de las instituciones y autoridades electorales, está esta intención de borrar de la historia, de nuestros referentes de corto plazo lo que significaron los movimientos sociales que reclamaron una democratización en el país. Y el primer escalón era lograr procesos electorales para la determinación de quién gobierna y cómo gobierna”.

Explicó que el proceso democrático en México no se puede reducir a preguntas a los niños o a fomentar que ellos investiguen lo que significó cinco décadas de procesos y movimientos en el país. “Una serie de consensos, de acuerdos políticos entre fuerzas sociales, políticas y movimientos para que lográramos tener elecciones libres, confiables, competitivas”.

Pero ese proceso no se limita en la participación para elegir a quienes elegimos y nos representan, sino también en ser parte de la organización electoral.

Lo que pasó como parte de la democratización fue que se ciudadanizó el proceso electoral al estar en manos de ciudadanos electos al azar la instalación de casillas, la recepción de los votos, el cómputo y escrutinio de votos. Todo eso en una fórmula, un sistema electoral, para erradicar la desconfianza en la organización de las elecciones.

“Despojar al gobierno de ese control fue parte significativa en la transición democrática de México, que fue una demanda de la sociedad civil y diversos sectores y no contarlo o recogerlo en los textos sí es preocupante”, aseguró.

“Eso tendría que estar en los libros de texto con datos muy claros de quiénes eran los grandes actores, los partidos que fueron surgiendo, qué representaban las corrientes políticas que antes no tenían derecho a participar políticamente y abrieron espacios para que las corrientes de opinión pudieran encontrar un espacio de representación”, dijo la investigadora.

Al respecto, Carlos Ornelas, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en temas educativos, auguró que la actual versión de los libros de texto apenas tendrá una vigencia de dos años, dado que el cambio de gobierno, a pesar de que pudiera ganar Morena —el partido en el poder— las elecciones de 2024 serán nuevamente renovados porque no cuentan con el respaldo del magisterio.

Comentó que durante el gobierno de Luis Echeverría, en 1974, se lanzó una propuesta semejante de libros que dejaban de lado las asignaturas y los profesores en el aula se negaron a dar clases con ellos y los dejaron de lado de forma gradual.

Explicó que en el caso de los libros de texto impulsados durante la gestión del priista Enrique Peña Nieto estos no fueron impugnados, sino que la oposición a la reforma educativa estuvo relacionada principalmente con la parte administrativa que centraba todo en la evaluación y no en la propuesta pedagógica.

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Despojar al gobierno de ese control fue parte significativa en la transición democrática de México, que fue una demanda de la sociedad civil y diversos sectores y no contarlo o recogerlo en los textos sí es preocupante”

Democracia es “el gobierno del pueblo y para el pueblo” y una forma de gobierno, menciona parte de la definición plasmada en el libro de sexto grado de primaria


Los nuevos libros de texto gratuitos para niños de cuarto, quinto y sexto grado de primaria que diseñó el gobierno de la llamada Cuarta Transformación ponen el acento en la democracia del país, pero no mencionan al Instituto Nacional Electoral (INE), el órgano encargado de organizar las elecciones.

En una revisión hecha por El Sol de México a los 30 libros de texto que se autorizaron para primaria en la Secretaría de Educación Pública (SEP), se encontró que en los textos de los últimos tres grados relacionados con Nuestros Saberes y Proyectos de Aula se enseñará a la niñez sobre la democracia.


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De acuerdo con la versión digital, con fecha al 21 de julio, de los libros que se entregarán al inicio del ciclo escolar 2023-2024 y cuya distribución se alista durante la capacitación a maestros, los niños también aprenderán a impulsar su participación en asambleas, campañas y encuestas, así como a investigar los requisitos para ser candidatos a puestos de elección popular, como Presidente de la República, gobernador o presidentes municipales.

El libro de quinto grado indica que el objetivo de la democracia “es manejar los desacuerdos y conciliar los distintos intereses en la vida pública para, así, mejorar la convivencia en diversos espacios de la vida cotidiana; por ejemplo, en la familia, el salón de clases, la escuela o un grupo de amigos y amigas que necesiten tomar una decisión, elegir a un representante, colaborar para mejorar el entorno o pedir cuentas a una autoridad”.

En el resto de las 16 páginas que dedica a su estudio y aprendizaje plantea una serie de preguntas y actividades para que los alumnos conozcan y ejerzan la democracia, entre ellas: “¿qué es la democracia y cuál es su importancia?, ¿cuál es la diferencia entre una sociedad democrática y una que no lo es?, ¿cómo se toman las decisiones en un sistema democrático?, ¿qué creen que significa vivir en democracia? y ¿se puede vivir en una democracia si algunos piensan que no todxs son iguales?”.

Bajo el nombre Valoro la democracia y su historia, por ejemplo, en el libro Proyecto de Aula de sexto grado se pide a los niños hacer una obra de teatro para aprender del proceso democrático, esto sin mencionar que México tiene una institución como el INE, encargada de organizar el proceso electoral que puede llevar a la construcción de la democracia.

En ese mismo grado, pero en el texto Nuestros Saberes se vuelve a abordar el tema, en el capítulo de Principios éticos, pacto social y democracia.

En el texto de quinto grado se aborda bajo el título Democracia para una sociedad con justicia e igualitaria, mientras que en el de cuarto grado lleva el nombre de Conflictos interculturales y democracia participativa.

En ninguno de ellos se hace una exposición histórica de movimientos sociales o partidistas sobre el proceso democrático en México, pero sí se establecen diferentes conceptos. En el libro de sexto grado se define a la democracia “como forma de gobierno, busca que todos los habitantes puedan decidir lo que se hace en su comunidad y no sólo un grupo de ellos. La democracia es el gobierno ‘del pueblo y para el pueblo’”.

En el de quinto grado se indica que “la palabra democracia deriva del griego demos, ‘pueblo’, y kratos, ‘poder/gobierno’. Esto se traduce como el ‘poder/gobierno del pueblo’. En la actualidad, se considera a la democracia como un sistema político en el que se tiene el derecho al voto para elegir a los representantes en elecciones periódicas, lo que se conoce como democracia representativa”.

En ese libro se dedica un menor espacio al tema, sólo una página con tres párrafos: en el primero se conceptualiza, el segundo se refiere a la democracia representativa en México, que define como aquella que se basa en la elección de representantes mediante el voto universal.

“Los partidos políticos tienen el poder de gobierno en virtud de su representación. Sin embargo, actualmente se reconoce la necesidad de avanzar hacia una democracia participativa para responder mejor a las complejas realidades sociales”, indica sin decir cómo es el proceso y qué institución está a cargo de ello. Es decir, omite toda mención al INE.

El último párrafo presenta qué es la democracia participativa, esto es “el involucramiento ciudadano en el proceso de toma de decisiones públicas mediante mecanismos de democracia directa, como la consulta e iniciativa popular, el referéndum, el plebiscito, la revocación de mandato, entre otros”.

Enseguida añade que en el país hay resistencias para hacer eso efectivo: “quizá la problemática mayor sea la integración de sectores de la población históricamente marginados o excluidos, como los pueblos originarios y las comunidades afromexicanas. Frente a ello, la interculturalidad es un recurso importante”.

En el caso del libro de cuarto grado repite el concepto etimológico acerca de que la democracia proviene del griego demos, ‘pueblo’, y kratos, ‘gobierno’ y hace la única referencia histórica: en la Grecia antigua, sólo ciertas personas tomaban decisiones sobre la aplicación de las leyes y lo hacían de forma pública.

“En México, las personas a partir de los 18 años tienen el derecho de emitir un voto libre y secreto para elegir a los gobernantes. Así, el Presidente, el gobernador de la entidad o los presidentes municipales gobiernan en representación de los ciudadanos; por ello se puede decir que México tiene un sistema de gobierno democrático representativo”.


UNA CRÍTICA MÁS

Jacqueline Peschard Mariscal, investigadora de la UNAM y exconsejera ciudadana del otrora Instituto Federal Electoral (1997-2003), lamentó que en los libros no haya una identificación no sólo de los actores, sino de los grandes procesos históricos del país y, uno de ellos, por lo menos en los últimos 50 años, tiene que ver con la transición a la democracia.

“Sí eso no está recogido en un libro de texto que les dé a los estudiantes datos muy claros de cómo cambió el régimen político del país, entonces la verdad es que se está truncando la historia de los últimos 50 años”.


Despojar al gobierno de ese control fue parte significativa en la transición democrática de México, que fue una demanda de la sociedad civil y diversos sectores y no contarlo o recogerlo en los textos sí es preocupante

Jacqueline Peschard, Investigadora de la UNAM


Aseguró que al omitir la construcción de instituciones como el INE, que buscan garantizar la participación política de los mexicanos, sólo se ratifica la campaña que se ha impulsado desde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de esa institución.

Peschard Mariscal, quien se ha desempeñado como asesora electoral en diversos países como Irak, dijo que al no estar incluido en los libros el reconocimiento al INE o al proceso político y social que llevó no sólo a los partidos, sino a los movimientos sociales y sus actores a construir un modelo democrático en México “sí tiene que ver con la crítica que se le ha hecho al INE desde la Presidencia respecto de que no ha logrado erradicar, según el Presidente (López Obrador), lo que son prácticas fraudulentas”.

La especialista afirmó que eso “va en contra de los datos históricos que se pueden rescatar sobre votaciones, alternancias en los distintos niveles de gobierno, no sólo en el municipal, estatal y federal. Todo eso va dando cuenta de que efectivamente hemos logrado construir instituciones que pudieran garantizar que el voto se contaba y se contaba bien. Es decir, podían garantizar la integridad del voto que es el derecho político fundamental que es el de los ciudadanos”.

Jacqueline Peschard consideró que “detrás de la ofensiva y una campaña en contra de las instituciones y autoridades electorales, está esta intención de borrar de la historia, de nuestros referentes de corto plazo lo que significaron los movimientos sociales que reclamaron una democratización en el país. Y el primer escalón era lograr procesos electorales para la determinación de quién gobierna y cómo gobierna”.

Explicó que el proceso democrático en México no se puede reducir a preguntas a los niños o a fomentar que ellos investiguen lo que significó cinco décadas de procesos y movimientos en el país. “Una serie de consensos, de acuerdos políticos entre fuerzas sociales, políticas y movimientos para que lográramos tener elecciones libres, confiables, competitivas”.

Pero ese proceso no se limita en la participación para elegir a quienes elegimos y nos representan, sino también en ser parte de la organización electoral.

Lo que pasó como parte de la democratización fue que se ciudadanizó el proceso electoral al estar en manos de ciudadanos electos al azar la instalación de casillas, la recepción de los votos, el cómputo y escrutinio de votos. Todo eso en una fórmula, un sistema electoral, para erradicar la desconfianza en la organización de las elecciones.

“Despojar al gobierno de ese control fue parte significativa en la transición democrática de México, que fue una demanda de la sociedad civil y diversos sectores y no contarlo o recogerlo en los textos sí es preocupante”, aseguró.

“Eso tendría que estar en los libros de texto con datos muy claros de quiénes eran los grandes actores, los partidos que fueron surgiendo, qué representaban las corrientes políticas que antes no tenían derecho a participar políticamente y abrieron espacios para que las corrientes de opinión pudieran encontrar un espacio de representación”, dijo la investigadora.

Al respecto, Carlos Ornelas, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en temas educativos, auguró que la actual versión de los libros de texto apenas tendrá una vigencia de dos años, dado que el cambio de gobierno, a pesar de que pudiera ganar Morena —el partido en el poder— las elecciones de 2024 serán nuevamente renovados porque no cuentan con el respaldo del magisterio.

Comentó que durante el gobierno de Luis Echeverría, en 1974, se lanzó una propuesta semejante de libros que dejaban de lado las asignaturas y los profesores en el aula se negaron a dar clases con ellos y los dejaron de lado de forma gradual.

Explicó que en el caso de los libros de texto impulsados durante la gestión del priista Enrique Peña Nieto estos no fueron impugnados, sino que la oposición a la reforma educativa estuvo relacionada principalmente con la parte administrativa que centraba todo en la evaluación y no en la propuesta pedagógica.

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Despojar al gobierno de ese control fue parte significativa en la transición democrática de México, que fue una demanda de la sociedad civil y diversos sectores y no contarlo o recogerlo en los textos sí es preocupante”

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