/ martes 19 de febrero de 2019

Es horrible, azafata revela el calvario de volar con AMLO

Viaja en clase turista, se fotografía con todo el mundo, deja que lo besen, abracen o lo tomen por la cintura, y sólo cinco personas desarmadas y sus amuletos lo cuidan

Viaja en clase turista, se fotografía con todo el mundo, deja que lo besen, abracen o lo tomen por la cintura, y sólo cinco personas desarmadas y sus amuletos lo cuidan. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pone a temblar a policías y azafatas cuando sube a un avión comercial.

"Claro, las fotos que quieras", respondió sonriente AMLO, como también se le conoce, a una mujer que lo interceptó con la cámara de su celular lista justo cuando caminaba a la sala del avión que lo llevó a Sinaloa, la tierra del capo Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien recibió un veredicto que lo dejará tras las rejas hasta su muerte.

Detrás de la entusiasta mujer, en cuestión de segundos, remolinos de personas rodearon al presidente que arrancó su gobierno jalando los bigotes de los feroces "huachicoleros", ladrones de gasolinas, lo que se tradujo en una amenaza directa a él en la que le exigieron la retirada de militares que combaten ese delito.

López Obrador ordenó que las miles de escoltas militares que han cuidado a los presidentes hicieran trabajos "en beneficio del pueblo", y los sustituyó con una "Ayudantía", encabezada por Daniel Asaf, un restaurantero de origen libanés y excandidato para la Asamblea legislativa de la Ciudad de México.

Foto: Cuartoscuro

Ese cuerpo está integrado por profesionales que no están especializados en seguridad, su principal característica es su "lealtad".

Tres mujeres y dos hombres de esa agrupación lo acompañaron a Sinaloa, y durante el periplo se concentraron en alejar a empujones a los reporteros y en pedirle "por favor" a la gente que soltara al presidente una vez tomada la selfi.

Se trata del presidente con mayor popularidad: un 80% de aceptación, según el último sondeo de la firma Mitofsky.

Y esa masiva aceptación la amasó prometiendo en campaña reducirse el salario y el de los más altos funcionarios.

El avión presidencial que solo usó su antecesor, un Boeing Dreamliner 787-8 que costó más de 218 millones de dólares, ya está a la venta en California, Estados Unidos.

"Cómo me voy a subir yo a ese avión habiendo tanta pobreza en México", ha dicho López Obrador.

Así que él viaja en vuelos comerciales. A Sinaloa, parte del "Triángulo Dorado" conocido así por los grandes cultivos de marihuana y amapola, y zona de encarnizados choques entre narcotraficantes, llegó en un pequeño e incómodo Jet Embraer.

"Si un día..."

Pero su afán por la austeridad al viajar comenzó desde su llegada a los filtros de seguridad del aeropuerto de la Ciudad de México, una zona custodiada por guardias privados desarmados.

Atento con los trabajadores aeroportuarios, López Obrador se despojó de su celular, chamarra, de las monedas y llaves que traía en los bolsillos de su pantalón, y como cualquier pasajero también se quitó el cinturón.

Foto Especial

Desde lejos un policía federal asignado a la terminal aérea lo observaba.

"Cuando tiene que atravesar todo el aeropuerto para abordar es lo peor... la gente se le abalanza. Si un día alguien quiere hacerle algo no podremos impedirlo porque no le gusta que lo custodiemos", advirtió el oficial.

"Ya no puedo andar así. Tiene que usar la sala VIP", concluyó el policía que prefirió guardar su anonimato.

"Un detente"

Al llegar a la fila para abordar, también fue presa fácil para la prensa.

Tras mencionarle que se dirigía a una de las zonas más peligrosas del país, la AFP lo consultó sobre su falta de escoltas: "¿Trae por lo menos chaleco [antibalas]?".

"Traigo mucha protección. Este es un ¡detente!", dijo mostrando la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, un corazón rojo. "Detente, el corazón de Jesús está conmigo", respondió leyendo en voz alta la oración que acompaña la imagen.

Un trébol y un dólar que le dio un migrante mexicano también forman parte de sus amuletos.

"Es horrible" volar con él

Ya arriba del avión, desde su asiento pegado a la ventanilla seguía concediendo fotografías. Una de ellas a Carmen Díaz, un ama de casa de 52 años que viajaba a Sinaloa para una fiesta.

Foto Cuartoscuro | Archivo

"Nunca me lo hubiera esperado. Yo en una ocasión pensé que esto [de viajar en el mismo vuelo] iba a ser inseguro para todos los pasajeros pero (...) al contrario porque vigilan más el vuelo", comentó feliz.

"Vea a la gente cómo se amontona, lo rodean, la misma gente lo cuida", opinó Guillermo Von Boster, un capitán mercante de 68 años.

Pero una enojada azafata opinó lo contrario. "Es horrible que venga en mi vuelo. La gente no hace caso de las indicaciones, se para de sus asientos, incluso en turbulencias, y la prensa no entiende que sus cámaras se pueden convertir en proyectiles en caso de que el avión sufra un imprevisto. Espero que nunca viaje con mi familia", comentó Alejandra Martínez.

Al bajar del avión, el mandatario recibe como primera escena en el aeropuerto de Culiacán, Sinaloa, a una multitud entre las que están simpatizantes y coléricas esposas de cientos de policías fallecidos en la lucha contra el narcotráfico.

Sin tener tiempo de atenderlas, López Obrador se perdió entre la multitud para dirigirse custodiado por un convoy de escoltas del gobernador regional a Badiraguato, donde nació "El Chapo" hace 61 años.


Viaja en clase turista, se fotografía con todo el mundo, deja que lo besen, abracen o lo tomen por la cintura, y sólo cinco personas desarmadas y sus amuletos lo cuidan. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pone a temblar a policías y azafatas cuando sube a un avión comercial.

"Claro, las fotos que quieras", respondió sonriente AMLO, como también se le conoce, a una mujer que lo interceptó con la cámara de su celular lista justo cuando caminaba a la sala del avión que lo llevó a Sinaloa, la tierra del capo Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien recibió un veredicto que lo dejará tras las rejas hasta su muerte.

Detrás de la entusiasta mujer, en cuestión de segundos, remolinos de personas rodearon al presidente que arrancó su gobierno jalando los bigotes de los feroces "huachicoleros", ladrones de gasolinas, lo que se tradujo en una amenaza directa a él en la que le exigieron la retirada de militares que combaten ese delito.

López Obrador ordenó que las miles de escoltas militares que han cuidado a los presidentes hicieran trabajos "en beneficio del pueblo", y los sustituyó con una "Ayudantía", encabezada por Daniel Asaf, un restaurantero de origen libanés y excandidato para la Asamblea legislativa de la Ciudad de México.

Foto: Cuartoscuro

Ese cuerpo está integrado por profesionales que no están especializados en seguridad, su principal característica es su "lealtad".

Tres mujeres y dos hombres de esa agrupación lo acompañaron a Sinaloa, y durante el periplo se concentraron en alejar a empujones a los reporteros y en pedirle "por favor" a la gente que soltara al presidente una vez tomada la selfi.

Se trata del presidente con mayor popularidad: un 80% de aceptación, según el último sondeo de la firma Mitofsky.

Y esa masiva aceptación la amasó prometiendo en campaña reducirse el salario y el de los más altos funcionarios.

El avión presidencial que solo usó su antecesor, un Boeing Dreamliner 787-8 que costó más de 218 millones de dólares, ya está a la venta en California, Estados Unidos.

"Cómo me voy a subir yo a ese avión habiendo tanta pobreza en México", ha dicho López Obrador.

Así que él viaja en vuelos comerciales. A Sinaloa, parte del "Triángulo Dorado" conocido así por los grandes cultivos de marihuana y amapola, y zona de encarnizados choques entre narcotraficantes, llegó en un pequeño e incómodo Jet Embraer.

"Si un día..."

Pero su afán por la austeridad al viajar comenzó desde su llegada a los filtros de seguridad del aeropuerto de la Ciudad de México, una zona custodiada por guardias privados desarmados.

Atento con los trabajadores aeroportuarios, López Obrador se despojó de su celular, chamarra, de las monedas y llaves que traía en los bolsillos de su pantalón, y como cualquier pasajero también se quitó el cinturón.

Foto Especial

Desde lejos un policía federal asignado a la terminal aérea lo observaba.

"Cuando tiene que atravesar todo el aeropuerto para abordar es lo peor... la gente se le abalanza. Si un día alguien quiere hacerle algo no podremos impedirlo porque no le gusta que lo custodiemos", advirtió el oficial.

"Ya no puedo andar así. Tiene que usar la sala VIP", concluyó el policía que prefirió guardar su anonimato.

"Un detente"

Al llegar a la fila para abordar, también fue presa fácil para la prensa.

Tras mencionarle que se dirigía a una de las zonas más peligrosas del país, la AFP lo consultó sobre su falta de escoltas: "¿Trae por lo menos chaleco [antibalas]?".

"Traigo mucha protección. Este es un ¡detente!", dijo mostrando la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, un corazón rojo. "Detente, el corazón de Jesús está conmigo", respondió leyendo en voz alta la oración que acompaña la imagen.

Un trébol y un dólar que le dio un migrante mexicano también forman parte de sus amuletos.

"Es horrible" volar con él

Ya arriba del avión, desde su asiento pegado a la ventanilla seguía concediendo fotografías. Una de ellas a Carmen Díaz, un ama de casa de 52 años que viajaba a Sinaloa para una fiesta.

Foto Cuartoscuro | Archivo

"Nunca me lo hubiera esperado. Yo en una ocasión pensé que esto [de viajar en el mismo vuelo] iba a ser inseguro para todos los pasajeros pero (...) al contrario porque vigilan más el vuelo", comentó feliz.

"Vea a la gente cómo se amontona, lo rodean, la misma gente lo cuida", opinó Guillermo Von Boster, un capitán mercante de 68 años.

Pero una enojada azafata opinó lo contrario. "Es horrible que venga en mi vuelo. La gente no hace caso de las indicaciones, se para de sus asientos, incluso en turbulencias, y la prensa no entiende que sus cámaras se pueden convertir en proyectiles en caso de que el avión sufra un imprevisto. Espero que nunca viaje con mi familia", comentó Alejandra Martínez.

Al bajar del avión, el mandatario recibe como primera escena en el aeropuerto de Culiacán, Sinaloa, a una multitud entre las que están simpatizantes y coléricas esposas de cientos de policías fallecidos en la lucha contra el narcotráfico.

Sin tener tiempo de atenderlas, López Obrador se perdió entre la multitud para dirigirse custodiado por un convoy de escoltas del gobernador regional a Badiraguato, donde nació "El Chapo" hace 61 años.


Regional

Mal estado de caminos rurales afecta a productores y comunidades de Veracruz

El estado en que se encuentran los caminos rurales dificulta la comunicación por lo que alcaldes gestionan las obras

Regional

Adiós a los huracanes: pronóstico del clima en Tampico para la última semana de noviembre

Se prevé que la semana inicié mayormente soleada para dar paso a cielos parcialmente cubiertos para finales de mes

Virales

Influencer explora la conexión entre ovnis y huracanes en Playa Miramar: esto fue lo que dijo

El creador de contenido compartió una serie de entrevistas con habitantes del sur de Tamaulipas sobre avistamientos ovnis

Cultura

Judith Reyes, la tamaulipeca que se convirtió en leyenda de la música popular mexicana

El nombre de la compositora nacida en Ciudad Madero permanece como relevante, no solo en la historia de la música popular sino también de los movimientos sociales del país

Policiaca

Volcadura de tráiler en el Libramiento Poniente de Tampico; operador se salva de milagro

El operador de la pesada unidad vive de milagro, lo anterior a pesar de que tras el accidente la cabina quedó destruida

New Articles

Turismo en Tamaulipas despunta: esperan un fin de año con cifras históricas en el estado

Las autoridades trabajan en la preparación anticipada para las próximas temporadas vacacionales, especialmente en Playa Miramar