/ sábado 21 de abril de 2018

HERÓICA DEFENSA DEL PUERTO DE VERACRUZ

Cadetes de la Heróica Escuela Naval dieron ejemplo de honor, lealtad, valor y entrega por su patria.

El 21 de abril de 1914 es una fecha que registra la historia de la Armada de México como el día en que los Cadetes de la Heróica Escuela Naval dieron ejemplo de honor, lealtad, valor y entrega por su patria.

Dos de ellos, el Teniente José Azueta Abad y el Cadete Virgilio Uribe Robles, sucumbieron ante las balas de los marinos estadounidenses que invadieron el puerto de Veracruz; su ofrenda a la patria fue el bautizo de sangre de la Armada de México, noble y honorable institución del Estado mexicano.

El suceso ocurrió durante nuestra lucha revolucionaria, en abril de 1914, mientras en el puerto de Tampico se encontraban fondeados buques de guerra alemanes, norteamericanos holandeses e ingleses, que argumentaban estar al pendiente de los intereses de sus países y al cuidado de Ia seguridad de sus compatriotas radicados en ese puerto.

El 9 de abril, un oficial del buque de guerra norteamericano Dolphin, acompañado de varios marinos, desembarcó en el puerto y el Coronel Ramón H. Hinojosa del Ejército Mexicano ordenó que dichas personas fueran detenidas y conducidas con escolta al Cuartel del General del Mando Militar.

Los norteamericanos protestaron airadamente, argumentando que sus marinos sólo habían desembarcado para comprar efectos que les eran indispensables a bordo, como cargar víveres y otros menesteres.

Este hecho trajo como consecuencia que los norteamericanos consideraran que su bandera había sido ofendida, por lo que exigieron un desagravio del Gobierno Mexicano, el cual consistía en una salva de honor de 21 cañonazos cuando el pendón de los Estados Unidos de América fuera izado.

Como respuesta, el General lgnacio Morelos Zaragoza señaló que estaría de acuerdo, siempre y cuando los barcos estadounidenses también hicieran lo mismo cuando fuera izada la bandera de México.

El almirante Mayo -Comandante de los buques norteamericanos- prorrogó esa demanda hasta el 11 de abril y pidió instrucciones a su Gobierno a través del Secretario de Marina, quien consultó al Presidente Woodrow Wilson.

El día 14 de abril, Wilson se reunió con sus Jefes de Estado Mayor del Ejército y la Marina, quienes sugirieron atacar a los buques mexicanos, ya que el puerto de Tampico no tenía capacidad para defenderlos, debido a que solo se encontraba el cañonero Nicolás Bravo, considerado la mejor unidad de la Marina mexicana.

En esa misma reunión se debatió el caso del buque alemán lpiranga, fondeado en La Habana, Cuba, con un cargamento de armas destinado al ejército de Huerta y cuyo destino de desembarque era el puerto de Veracruz.

A las 02:00 horas del 21 de abril de 1914, el Presidente Wilson fue despertado por una llamada telefónica del Secretario de Marina, Josephus Daniels, quien le informaba que el buque Ipiranga había zarpado de La Habana, rumbo a Veracruz, con 1330 cajas de cargamento.

Esa misma madrugada la flota del almirante Fletcher que se hallaba en aguas mexicanas frente a Veracruz recibió el siguiente telegrama:

"Washington, D.C. -abril 21 -FLETCHER, Veracruz, México. Apoderarse de la aduana, no permita que los implementos de guerra sean entregados al Gobierno de Huerta o cualquier otra persona.
DANIELS"

El general Gustavo A. Mass, Comandante de la Plaza de Veracruz, ya tenía su plan para en caso de que ocurriera el desembarco de los norteamericanos en el puerto. Al mando de 100 hombres, el teniente coronel Albino Rodríguez presentaría un simulacro de resistencia, mientras los batallones 18 y 19 del Ejército Federal se desplazaban en dirección a Tejería, abandonando la ciudad de Veracruz.

William W. embajador de Canadá, ya había informado a su Gobierno que el general Gustavo A. Mass le había confiado la ausencia de efectivos para defender el puerto y que en caso de intervención sus fuerzas presentarían ligeros combates y abandonarían la plaza, para evitar la destrucción innecesaria de la ciudad y de civiles.


Las fuerzas norteamericanas estaban compuestas por 45 barcos de guerra y diez mil Infantes de Marina, a las 11:20 horas del martes 21 de abril, los habitantes de Veracruz que se encontraban en los muelles advirtieron que del cañonero Praire descendían 11 botes, con tropas de Infantería de Marina que se dirigían al muelle Porfirio Díaz. No había transcurrido mucho tiempo cuando otra porción igual desembarcaba de los barcos Florida y Utah, con destino al mismo punto.

Mientras tanto, en la Escuela Naval, cuyo contingente estaba formado por 89 alumnos, 10 Oficiales, 25 hombres de tropa y nueve alumnos del arsenal, los Cadetes de Guardia -que debía ser relevada a las 12:00 horas- ya estaban enterados del posible desembarco extranjero, cuando a las 11:30 horas llegó un alumno al comedor con la novedad de que éste ya había comenzado.



El comodoro Manuel Azueta hizo su aparición en la escuela y desde la entrada lanzó un vibrante "¡Viva México!", que fue contestado con gran entusiasmo por los Cadetes que se encontraban en el patio, y se dirigió a la oficina del Director, Capitán de Navío Rafael Carrión.

Posteriormente se suspendieron las clases y se ordenó a los alumnos que se formaran; éstos -sumamente nerviosos- se alistaron frente al Director del Plantel y el Comodoro Azueta, que era el Inspector Naval del Golfo.


Esto provocó que las ametralladoras de las lanchas norteamericanas rompieran fuego contra la Escuela Naval y poco después lo hizo el Praire con sus cañones de 80 milímetros, ocasionando graves daños a la fachada del edificio, por lo que se ordenó retirar la Guardia y a los jóvenes que cubrían los balcones, pues era imposible oponer resistencia a esa artillería.

A las 14:30 horas, los norteamericanos que desembarcaron por el muelle fiscal disparaban contra la escuela, siendo durante esa refriega cuando uno de los proyectiles hirió mortalmente al cadete Virgilio Uribe, quien se encontraba en el piso superior; horas después falleció en el hospital de San Sebastián, donde fue trasladado.

Mientras tanto, a espaldas del plantel se instalaron dos piezas de artillería con la idea de disparar en contra del edificio de la Aduana que se encontraba en manos del enemigo, pero nunca fueron utilizadas.

Sin embargo, en el momento en que se retiraban las baterías de artillerías, el teniente José Azueta manifestó su deseo de permanecer en ese punto diciendo "¡Aquí está mi lugar!, -dijo señalando la escuela- y aquí es donde debo permanecer!"

Durante la batalla, José Azueta fue herido en las dos piernas y el brazo izquierdo. Así, herido, fue llevado a su domicilio, donde falleció el 10 de mayo de 1914.

Argentina, Brasil y Chile, abogaron para que se diera una solución pacífica al conflicto. Fue el 2 de julio de ese mismo año cuando se firmó la paz entre México y Estados Unidos de América, dando fin a una guerra que nunca fue declarada.

El 23 de noviembre de 1914 las últimas tropas norteamericanas se retiraron del territorio veracruzano.

Por la hazaña de los Cadetes de la Escuela Naval durante la jornada del 21 de abril de 1914, el Honorable Congreso de la Unión dispuso en 1949 que al nombre del plantel se le antepusiera el calificativo de Heróica.

A partir de entonces, el crisol donde se forman los futuros Oficiales de la Armada de México se denomina Heróica Escuela Naval.

El 21 de abril de 1914 es una fecha que registra la historia de la Armada de México como el día en que los Cadetes de la Heróica Escuela Naval dieron ejemplo de honor, lealtad, valor y entrega por su patria.

Dos de ellos, el Teniente José Azueta Abad y el Cadete Virgilio Uribe Robles, sucumbieron ante las balas de los marinos estadounidenses que invadieron el puerto de Veracruz; su ofrenda a la patria fue el bautizo de sangre de la Armada de México, noble y honorable institución del Estado mexicano.

El suceso ocurrió durante nuestra lucha revolucionaria, en abril de 1914, mientras en el puerto de Tampico se encontraban fondeados buques de guerra alemanes, norteamericanos holandeses e ingleses, que argumentaban estar al pendiente de los intereses de sus países y al cuidado de Ia seguridad de sus compatriotas radicados en ese puerto.

El 9 de abril, un oficial del buque de guerra norteamericano Dolphin, acompañado de varios marinos, desembarcó en el puerto y el Coronel Ramón H. Hinojosa del Ejército Mexicano ordenó que dichas personas fueran detenidas y conducidas con escolta al Cuartel del General del Mando Militar.

Los norteamericanos protestaron airadamente, argumentando que sus marinos sólo habían desembarcado para comprar efectos que les eran indispensables a bordo, como cargar víveres y otros menesteres.

Este hecho trajo como consecuencia que los norteamericanos consideraran que su bandera había sido ofendida, por lo que exigieron un desagravio del Gobierno Mexicano, el cual consistía en una salva de honor de 21 cañonazos cuando el pendón de los Estados Unidos de América fuera izado.

Como respuesta, el General lgnacio Morelos Zaragoza señaló que estaría de acuerdo, siempre y cuando los barcos estadounidenses también hicieran lo mismo cuando fuera izada la bandera de México.

El almirante Mayo -Comandante de los buques norteamericanos- prorrogó esa demanda hasta el 11 de abril y pidió instrucciones a su Gobierno a través del Secretario de Marina, quien consultó al Presidente Woodrow Wilson.

El día 14 de abril, Wilson se reunió con sus Jefes de Estado Mayor del Ejército y la Marina, quienes sugirieron atacar a los buques mexicanos, ya que el puerto de Tampico no tenía capacidad para defenderlos, debido a que solo se encontraba el cañonero Nicolás Bravo, considerado la mejor unidad de la Marina mexicana.

En esa misma reunión se debatió el caso del buque alemán lpiranga, fondeado en La Habana, Cuba, con un cargamento de armas destinado al ejército de Huerta y cuyo destino de desembarque era el puerto de Veracruz.

A las 02:00 horas del 21 de abril de 1914, el Presidente Wilson fue despertado por una llamada telefónica del Secretario de Marina, Josephus Daniels, quien le informaba que el buque Ipiranga había zarpado de La Habana, rumbo a Veracruz, con 1330 cajas de cargamento.

Esa misma madrugada la flota del almirante Fletcher que se hallaba en aguas mexicanas frente a Veracruz recibió el siguiente telegrama:

"Washington, D.C. -abril 21 -FLETCHER, Veracruz, México. Apoderarse de la aduana, no permita que los implementos de guerra sean entregados al Gobierno de Huerta o cualquier otra persona.
DANIELS"

El general Gustavo A. Mass, Comandante de la Plaza de Veracruz, ya tenía su plan para en caso de que ocurriera el desembarco de los norteamericanos en el puerto. Al mando de 100 hombres, el teniente coronel Albino Rodríguez presentaría un simulacro de resistencia, mientras los batallones 18 y 19 del Ejército Federal se desplazaban en dirección a Tejería, abandonando la ciudad de Veracruz.

William W. embajador de Canadá, ya había informado a su Gobierno que el general Gustavo A. Mass le había confiado la ausencia de efectivos para defender el puerto y que en caso de intervención sus fuerzas presentarían ligeros combates y abandonarían la plaza, para evitar la destrucción innecesaria de la ciudad y de civiles.


Las fuerzas norteamericanas estaban compuestas por 45 barcos de guerra y diez mil Infantes de Marina, a las 11:20 horas del martes 21 de abril, los habitantes de Veracruz que se encontraban en los muelles advirtieron que del cañonero Praire descendían 11 botes, con tropas de Infantería de Marina que se dirigían al muelle Porfirio Díaz. No había transcurrido mucho tiempo cuando otra porción igual desembarcaba de los barcos Florida y Utah, con destino al mismo punto.

Mientras tanto, en la Escuela Naval, cuyo contingente estaba formado por 89 alumnos, 10 Oficiales, 25 hombres de tropa y nueve alumnos del arsenal, los Cadetes de Guardia -que debía ser relevada a las 12:00 horas- ya estaban enterados del posible desembarco extranjero, cuando a las 11:30 horas llegó un alumno al comedor con la novedad de que éste ya había comenzado.



El comodoro Manuel Azueta hizo su aparición en la escuela y desde la entrada lanzó un vibrante "¡Viva México!", que fue contestado con gran entusiasmo por los Cadetes que se encontraban en el patio, y se dirigió a la oficina del Director, Capitán de Navío Rafael Carrión.

Posteriormente se suspendieron las clases y se ordenó a los alumnos que se formaran; éstos -sumamente nerviosos- se alistaron frente al Director del Plantel y el Comodoro Azueta, que era el Inspector Naval del Golfo.


Esto provocó que las ametralladoras de las lanchas norteamericanas rompieran fuego contra la Escuela Naval y poco después lo hizo el Praire con sus cañones de 80 milímetros, ocasionando graves daños a la fachada del edificio, por lo que se ordenó retirar la Guardia y a los jóvenes que cubrían los balcones, pues era imposible oponer resistencia a esa artillería.

A las 14:30 horas, los norteamericanos que desembarcaron por el muelle fiscal disparaban contra la escuela, siendo durante esa refriega cuando uno de los proyectiles hirió mortalmente al cadete Virgilio Uribe, quien se encontraba en el piso superior; horas después falleció en el hospital de San Sebastián, donde fue trasladado.

Mientras tanto, a espaldas del plantel se instalaron dos piezas de artillería con la idea de disparar en contra del edificio de la Aduana que se encontraba en manos del enemigo, pero nunca fueron utilizadas.

Sin embargo, en el momento en que se retiraban las baterías de artillerías, el teniente José Azueta manifestó su deseo de permanecer en ese punto diciendo "¡Aquí está mi lugar!, -dijo señalando la escuela- y aquí es donde debo permanecer!"

Durante la batalla, José Azueta fue herido en las dos piernas y el brazo izquierdo. Así, herido, fue llevado a su domicilio, donde falleció el 10 de mayo de 1914.

Argentina, Brasil y Chile, abogaron para que se diera una solución pacífica al conflicto. Fue el 2 de julio de ese mismo año cuando se firmó la paz entre México y Estados Unidos de América, dando fin a una guerra que nunca fue declarada.

El 23 de noviembre de 1914 las últimas tropas norteamericanas se retiraron del territorio veracruzano.

Por la hazaña de los Cadetes de la Escuela Naval durante la jornada del 21 de abril de 1914, el Honorable Congreso de la Unión dispuso en 1949 que al nombre del plantel se le antepusiera el calificativo de Heróica.

A partir de entonces, el crisol donde se forman los futuros Oficiales de la Armada de México se denomina Heróica Escuela Naval.

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