Ejemplo de tenacidad, dedicación y sobre todo ganas de superarse es don Víctor Vicente Pazmino Solórzano, quien a sus 84 años de edad decidió romper con el mito de que las redes sociales, los smartphones y la computación son sólo para las nuevas generaciones.
La historia de este hombre por sí sola es interesante, ya que es originario de Guayaquil, Ecuador, desde donde emigró a Estados Unidos para terminar viviendo en México, concretamente en Ciudad Madero, al sur de Tamaulipas.
A la edad de 32 años emigró a la Unión Americana, donde conoció a la tampiqueña Micaela, su primer amor, con quien se casó y justamente ella lo trajo a conocer esta zona costeña del Golfo de México.
“Aquí compramos una casa porque realmente me gustó mucho, pero ella falleció y mis hijos se quedaron viviendo en Estados Unidos”, dijo don Víctor, quien se quedó en Madero, donde se volvió a casar.
LA MÚSICA Y SUS HIJOS LO ACERCARON A LA TECNOLOGÍA
Sus ganas de estudiar han sido constantes, ingresando al Cecati 71 ubicado en los límites de las colonias Heriberto Kehoe y Las Flores, en el norte de Ciudad Madero, estudiando primero carpintería.
Puso su taller y comenzó a hacer muebles para su casa e incluso puso a la venta; llegando después la inquietud por aprender el manejo de las computadoras.
“Me interesó cómo aprender a grabar música y videos que me encantan los ritmos tropical, cumbia, salsa y merengue, tengo una lap top y no la sé manejar y el único recurso que me quedó es venir de nuevo al Cecati”, dijo don Víctor, quien es muy querido por sus compañeros de clase.
Además de la alegría de la música lo motivó poder establecer comunicación con sus siete hijos y siete nietos por medio de chats, inbox o videollamadas de Facebook “para estar más cerca de ellos”.
Con su uniforme escolar se pasea orgulloso por los pasillos y aulas de su escuela, donde es respetado y querido por maestros y alumnos “todos tienen mucha paciencia para enseñarme”.
Don Víctor asegura que siempre es posible aprender algo nuevo “mientras haya emoción, que elijan algo que les permita sentirse mejor, para no estar sentados en la casa, además sirve de distracción”.
Nacido en 1934, este hombre ha sido testigo de hechos históricos de gran relevancia y ahora, desde su querida zona sur de Tamaulipas, el ecuatoriano sólo piensa en perfeccionar su técnica en informática para un mejor uso de Facebook, Twitter, Instagram o su inseparable smartphone.