Unos 30 jinetes irrumpieron el solitario ambiente de playa Miramar, ya que para ir a una boda que se celebraría en un rancho cercano al corredor urbano, organizaron una cabalgata.
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Portando chaparreras, botas y espuelas, los cabalgantes entre los que también iban mujeres con vestidos de fiesta, avanzaron por todo el bulevar costero para acompañar a Lalo, el novio, quien se casaba al medio día en la Iglesia San Pedro Pescador que se ubica en la colonia Miramar, a pocos metros del Golfo de México.
“Somos gente de a caballo, de rancho y es por eso que decidimos llegar todos en cabalgata”, relató Juan, invitado del novio.
Señaló que por la pandemia del coronavirus, acordaron que solo algunos de los cabalgantes ingresarían a la iglesia, mientras que los demás esperarían afuera.
“Solo las damas, las que vienen de rojo y la familia muy cercana, son pocos; sabemos que la fiesta será al aire libre en el rancho, no podría ser en un lugar cerrado”, dijo.