Tras una larga veda hoy zarparon decenas de barcos camaroneros a Altamar y como ya es toda una tradición, sus familiares asistieron a la escollera para decirles adiós y desearles una buena pesca.

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Mayra Terán acudió junto a sus seres queridos para despedir a su esposo y a sus primos que “por fin después de una larga veda salen a pescar”.

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La familia Castellanos despidió a sus integrantes con gran ánimo, aunque debido a que fue una mala temporada hubo quienes no pudieron darle el mantenimiento adecuado y vieron ensombrecida su alegría por un regreso muy anticipado.

“En esta temporada hay unas esposas e hijas que se iban a despicar lo poquito que hubo y ellos hacían trabajitos por fuera, pero pos’ como no hubo mucha posibilidad para arreglar los barcos algunos ya tuvieron que regresar porque se les hizo un hoyo”, detallaron sus allegados.

En esta ocasión, los residentes de la colonia Morelos de Tampico detallaron que pese a la pandemia las autoridades los dejaron ingresar solo para despedir a sus familiares. Aunque no desaprovecharon la ocasión para llevar algunos bocadillos “para aguantar” los fuertes rayos del sol y las altas temperaturas.

Ni la pandemia pudo frenar una tradición con décadas en la región, ejemplo de ello fue doña Elvira Banda, quien lleva 27 años viniendo a despedir a su familia y agradeció el permiso para poder entrar solo a decir adiós a su hijo y a su yerno.

Desde tierra, ahí donde desfoga el río Pánuco al Golfo de México, desearon buena mar y aguas calmas a los camaroneros que van en busca de una buena cosecha.