Transformar la piel en un lienzo para plasmar verdaderas obras de arte, ya sea por un simbolismo especial o solo como un adorno, ese es el trabajo de un tatuador; una técnica que ha traspasado por distintos estigmas hasta ser un arte defendido ante la ley.

Son muchos los mitos y dudas acerca de “rayarse” que aún no son aclaradas, desde los riesgos hasta las consecuencias que puede generar el introducir tinta a la piel.

Ángel Jiménez, tatuador maderense, aseguró que “empecé dibujando y me fui a vivir a Monterrey seis años, de mis 19 años tatuando tres fueron allá y regresé cuando me sentí seguro para montar mi propio estudio”.

Era el año 2000, “en aquel entonces ya había varios estudios en Nuevo León, pero aquí -sur de Tamaulipas- solo había uno y vi la oportunidad de comenzar a desempeñar esto”.

LA LUCHA CONTRA EL ESTIGMA HACIA LOS TATUAJES.

La lucha para cambiar la percepción que se tenía con respecto a los tatuajes ha sido una constante desde los años 90, pues eran relacionados con temas delictivos, logrando que hoy haya evolucionado hasta existir leyes que defienden la discriminación hacia quienes los porten.

“A mí me tocó que varias veces los policías me paraban solo por traer tatuajes, te revisaban para ver qué traías, la gente creía que tenía derecho de decirme de cosas”, reflexionó el entrevistado.

Los medios de comunicación masivos empezaron a cambiar esta percepción hacia los tatuajes al incluir personalidades célebres, artistas o deportista “rayados” entre su talento.

“En nuestra cultura nuestra madre es la televisión, en cuanto empezó a salir un deportista o una actriz tatuada empezaron a cambiar el chip y cuando salieron programas de tatuajes en cable, eso empezó a cambiar y volvió más inclusiva la cultura del tatuaje”, dijo.

Estos artistas de la piel tuvieron también que llegar a ocultar su arte por este mismo miedo a la percepción negativa de los tatuajes.

“La vieja escuela nos empezamos a tatuar en todas las zonas donde la ropa pudiera cubrir, hoy en día los primeros lugares para tatuajes son las mangas, las manos, el cuello y hasta el rostro, lo que te da una idea de cómo ha cambiado la percepción de los tatuajes”, destacó.

LA RESPONSABILIDAD DE GRABAR LA PIEL

Entre los tópicos a la hora de realizarse un tatuaje se debe de tomar en cuenta desde la cuestión artística hasta la salud, en este aspecto Ángel nos dio algunas recomendaciones y precauciones a tomar en cuenta a la hora de decidir realizarse un tatuaje.

“Por ley puedes realizarte un tatuaje cuando cumples la mayoría de edad, o sea a tus 18 años, pero considero que a esa edad tienes aún muchísimas ideas muy locas que no centras lo suficiente como para hacer un tatuaje; creo que los 25 años es una edad más o menos adecuada para que te hagas uno, aunque me ha tocado ver que niños de 14 ó 15 años llegan con sus papás y con permiso de ellos se hacen uno”, expresó.

Más que un problema de salud los conflictos más grandes son de carácter social, principalmente de rechazo para obtener un empleo.

“Un tatuaje no te impide realizar ningún trabajo, sin embargo si vas a trabajar de recepcionista en un hotel en contacto con clientes y estás tatuado de la cara se entiende que la empresa no te acepte porque no eres lo que quieren para su imagen, no lo considero discriminación, solo no entras en el perfil que quieren”, comentó.

¿CÓMO ELEGIR UN TATUAJE?

“El tatuaje va a adornar tu cuerpo, si tú encuentras un diseño que te va a hacer lucir mejor, esa es la base de un buen tatuaje, la otra parte es el significado que tenga, ya sea un simbolismo, un familiar, un recuerdo o simplemente porque el diseño te gusta”, refirió el experto.

Centenares de fotos se vuelven virales por lo abstracto y un tanto ridículo de algunos tatuajes que pueden llegar a tener unas personas, para lo cual Ángel recomienda hacer conciencia sobre lo que se debe tatuar “alejarse de las modas o tendencias, pues con el paso del tiempo dejarán de serlo, así como los nombres de parejas”.

EL LIENZO QUE DEJÓ DE SER ETERNO

Hace unos años un tatú se consideraba para toda la vida, hoy ha dejado de serlo gracias a la tecnología, pues con el uso de tratamientos a base de láser estos pueden ser removidos, con un par de sesiones se eliminan del cuerpo.

“El láser lo que hace es romper los fragmentos de tinta en la piel para que tu propio cuerpo lo vaya desechando, en su mayoría son varias sesiones que mensualmente se hacen para poder retirar en su totalidad un tatuaje sin dañar la piel, lo único que puede verse afectado es el colágeno natural del cuerpo, por eso son mensuales, para que se pueda recuperar tu piel”, indicó.

Este mismo equipo se ha visto también muy criticado por imágenes en redes sociales de tatuajes removidos que dejan marcas que incluso puede considerarse que era mejor dejarlo “el láser no deja marcas, si queda una cicatriz es porque el tatuaje ya había dejado una cicatriz en la piel cuando lo hicieron, sí he visto fotos, clientes han venido aquí y me comentan que usaron otro láser o les dieron otras cremas e inclusive han usado cal, todo eso sí deja un daño y marcas en la piel”.

Los tatuajes no sólo se convierten en un símbolo casi permanente para una persona, es su insignia, un recuerdo, una pasión, arte en el cuerpo plasmado con tinta en la piel que, aunque ya sea borrable, siempre se deberá decidir con conciencia.