Tercera de tres partes
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Aunque pareciera que los pasos del subcomandante Marcos cada vez se escuchan más lejanos en Tamaulipas y México, un barco llamado “Montaña” atracó hace unos días en Europa; la misión: llevar el mensaje de las comunidades indígenas de México al viejo continente que alguna vez nos colonizó.
“La única forma de hacernos fuertes era salir, era caminar. No teníamos ningún pie. Éramos minusválidos en este sentido. Teníamos la voz y la mirada, pero debíamos llevar esa voz y esa mirada a donde fuera escuchada, a donde tuviera dirección”, decía el subcomandante Marcos.
Una travesía de 47 días en el Atlántico, siete zapatistas; cuatro mujeres, dos hombres y una persona de género binario, llegaron a la isla Azores en Portugal, primer punto de 30 países donde se hermanarán con comunidad autónomas.
“El movimiento hoy en 2021 está creciendo de tal forma que ahorita ya nos está llevando a otros países. Estamos exportando ya nuestra rebeldía como mexicanos. Al cruzar este charco y ahora se dice, en forma de broma, que vamos a colonizar”, dijo Jorge Magón, acompañante del andar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y del Congreso Nacional Indígena.
Gustavo González, también colaborador de estos organismos, explicó que el viaje forma parte de un diálogo entre movimientos políticos de Europa con el zapatismo, organismo que, consideró, cuenta con la fuerza moral y dignidad para transmitir el mensaje.
“No es una política oficialista, sino es una política que surge de los pueblos y de su interés legítimo para seguir existiendo. Están luchando por el derecho a existir ante las condiciones del sistema de exfoliación que se vive en todo el mundo, el despojo existente”, explicó.
Los acompañantes denunciaron que en Europa existen comunidades desplazadas y con problemas de migración que en muchas ocasiones no se han dado a conocer.
“Se ha tenido intercambio con los pueblos kurdos, son pueblos que lamentablemente no tienen un país, pero tiene un sistema de gobierno llamado confederalismo democrático muy similar al que se están viviendo en las regiones autónomas de Chiapas”, dijo.
MARCOS EN LA CULTURA POPULAR DE TAMPICO
Mientras que la delegación marítima zapatista inicia este recorrido, en Tampico la figura y el recuerdo de Marcos se encuentra en la memoria y cultura popular.
Atenógenes Saldívar, empresario tampiqueño y promotor de la cerveza artesanal, emprendió su propia lucha y creó una cerveza a la que llamó “Sub Comandante”, cuya imagen muestra a un hombre con el rostro cubierto por un pasamontañas.
“Había todo un movimiento que abogaba por darle una voz a un segmento de la población mexicana que no tenía una voz, al final de cuentas como ícono, la cerveza artesanal a veces no tiene voz”, detalló.
"Generar una revolución es un concepto el nombre como tal y viene muy bien como a representar el movimiento como un arraigo local”, explicó.
La cerveza tamaulipeca “Sub Comandante”, tiene una buena recepción en las principales ciudades de México, donde regularmente ya existe un mercado interesado en consumir bebidas producidas por cerveceros mexicanos.
“Vamos a un bosque y huele a pino, a eso huele, a cítricos, a veces te da una nota entre mandarina y toronja, está rara, está padre”, agregó.
En el centro de Tampico la influencia resiste, en el Café Beirut es posible disfrutar de una taza de café orgánico zapatista que viaja a esta región desde el Caracol II de los altos de Chiapas, a la par que se observa un dibujo a carboncillo sobre la pared realizado por Michel Anguiano, donde aparece el subcomandante Marcos escoltado por Rockdrigo González.
PROFUNDAS RAICES
A casi 15 años de la visita del insurgente a Tamaulipas, quienes atestiguaron aquella gira del 25 de noviembre de 2006 afirman que en Tampico quedaron raíces.
“Lo admiro más que en la etapa de estudiantes porque en la etapa de estudiantes uno es un experimento de un programa educativo, como adulto uno asume responsabilidad propia, el que él haya asumido una responsabilidad propia es digno de admirar”, expresó el comunicador y excompañero de clase Theo Venegas.
Para el periodista Julián Hernández la presencia del zapatista no influyó en las instituciones, pero lo más importante, sí tocó a los individuos.
“Había un apoyo legal a los vecinos de una invasión muy famosa que se llamó Mano con Mano que fue desalojado por la fuerza. Sí ha habido en Tampico a nivel social, agrupaciones particulares que siguieron el ejemplo de Marcos, continuaron con esa tarea de hacer un cambio”, puntualizó.
“Yo creo que lo que Marcos dejó aquí fue unir a todos aquellos que teníamos ese lado social y que por alguna causa estábamos fuera de Tampico, nos reunió de nuevo y el orgullo de que una persona como Marcos fue tampiqueño”, opinó el profesor, Roberto León.
En tanto Gustavo González sostuvo que: “Hay que escuchar a los pueblos indígena, hay que escuchar a los compas zapatistas porque llevan casi 40 años dándonos un mensaje, avisándonos de lo que está viniendo, de lo que está pasando”.
Lalo Contra, quien abrió las puertas de su casa a Marcos, reflexionó y dijo que esto no se trata de que Tamaulipas sufra de la misma forma que Chiapas, puesto que cada estado ha tenido su propio padecimiento.
“Él no es el héroe, a lo mejor es una celebridad porque está a la luz pública, pero el héroe yo creo que es todo el pueblo zapatista”, concluyó.
“Van a volver a brillar las calles como brillaron el día de hoy, con la gente de abajo, humilde, sencilla, con las puras ganas de luchar, de ser parte de esta historia que va a cambiar este país de una vez por todas. Van a brillar los campos, las montañas y los ríos con algo que no se conocía hasta ahora, que es la unidad de toda la dignidad rebelde”, dijo el subcomandante Marcos que hoy se identifica como Galeano.
Dicen que el subcomandante Marcos se ha ido, que ya ha muerto, pero no lo hizo, no se irá jamás de Tampico y mucho menos de México. Su figura hizo pública la existencia de los pueblos de origen, de los indígenas que con sus costumbres y sabiduría nunca más deben guardar silencio.