Las calles de Tampico llevan, a manera de homenaje, el nombre de personajes que destacaron en ámbitos políticos, sociales y culturales de México. Sin embargo, en épocas de antaño nuestros caminos portaban románticos títulos que sus pobladores más longevos aún atesoran en memoria y corazón.
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“Los nombres de las calles del Tampico antiguo, por allá de 1820, hacían alusión a cosas que veían o decían los mismos pobladores. Hay varios momentos donde fueron cambiándolos, al comparar un mapa de 1827 con uno de 1870 observamos que incluso en ese entonces ya se habían modificado”, explicó Josué Iván Picazo Baños, cronista del puerto.
“Sus nombres actuales fueron designados alrededor del siglo XX, entre 1930 y 1950”, indicó el historiador añadiendo que, en algunas calles aún hay referencia del pasado gracias a su antecesor, Marco Antonio Flores, quien trabajó en un proyecto para que los señalamientos del primer cuadro tuvieran esa anotación y así los transeúntes pudieran conocer un poco de su historia.
En libros como Tampico, apuntes para su historia de Juan Manuel Torrea e Ignacio Fuentes se describió el origen de los primeros nombres que recibieron nuestras vialidades.
Calle Aduana (Aduana)
De acuerdo con lo anterior, esta arteria se llama así desde que Tampico se fundó en 1823, el motivo es que ahí se instaló la receptoría aduanal que estuvo mucho tiempo ubicada en el lugar que hoy ocupan los edificios de correos y telégrafos.
Calle del Muelle (Benito Juárez)
Llegaba al muelle que solía ubicarse en la Plaza de la Libertad y terminaba hasta la columna donada por las Hijas de Tampico.
Calle del Cuartel (Cristóbal Colón)
En ella se construyó el único cuartel donde habitaban militares; “en una época se construyó un segundo recinto para alojar a un mayor contingente y algunos vecinos le llamaron también la calle de los Cuarteles”.
Calle de los Artesanos (Sor Juana Inés de la Cruz)
Recibió esa denominación debido a que cuando Tampico fue fundado ahí se empezaron a congregar “como si ya trajeran un acuerdo tácito” una gran cantidad de talleres de distintas categorías.
Calle de Altamira (Altamira)
En honor a la villa de la cual provenían los repobladores de Tampico, “además es el camino por donde se salía rumbo a Altamira, continuando por lo que hoy conocemos como avenida Hidalgo”.
Calle de las Damas (Isauro Alfaro)
En esa calle vivían dos damas muy caritativas y virtuosas, “merecedoras de todo respeto. A ellas acudían quienes necesitaban de algún auxilio o consejo. Eran señoras muy estimadas. Además, esta calle indicaba el límite entre la ciudad con casas de construcción y el área donde vivía la gente de trabajo, los obreros, lavanderas, etc., dónde a pesar de vivir gente humilde, por las noches los tendederos quedaban llenos de ropa sin que se registrara un robo, pues aquella gente humilde tenía como principio el mutuo respeto”.
Calle de la Unión (Francisco I. Madero)
En el libro antes mencionado se detalló que los habitantes de Pueblo Viejo guardaban un profundo resentimiento hacía Tampico debido a que le atribuían su decadencia. “Ese odio persistió latente hasta que, tras muchas tentativas, se logró que viniera una comitiva al puerto, esto con el compromiso de que serían recibidos por las autoridades de la ciudad”. El día de la cita, los de Pueblo Viejo llegaron y se sorprendieron de no ver a nadie en el muelle; “ya se disponían a retornar a su lugar cuando algunos aconsejaron dar muestra de cordura y llegar. Poco había caminado cuando vieron a los tampiqueños que se habían retrasado, reuniéndose ambas comisiones en la vialidad que desde entonces tomó el nombre de calle de la Unión”.
Calle del Volantín (Volantín)
Los autores manifestaron que existen puntos sobresalientes o llamativos que se usaban como referencia, por lo que esta rúa recibió el nombre debido a una o a las tres siguientes causas, “que ahí existía un carrusel al que los pequeños también llamaban volantín, porque en esa zona se instaló una tienda que llevaba ese nombre o porque había un árbol denominado volantín”.
Finalmente, cabe mencionar que, de acuerdo con el cronista del puerto, las arterias fueron renombradas para rendir homenaje a héroes de la Revolución Mexicana, de la Independencia de México y a generales que pusieron en alto el nombre de su país, “creo que después de la revolución había un espíritu nacionalista de enaltecer a los héroes, caudillos y a personas interesantes como los doctores que contribuyeron al bienestar de la población tampiqueña”.
Sin embargo, pese a que algunas llevan más de medio siglo con su nombre actual, quienes han vivido durante décadas en Tampico aún recuerdan leyendas, anécdotas e historias, así como aquellas referencias de antaño que buscan transmitir a las nuevas generaciones.