La noticia de que uno de los huracanes más potentes de la historia había entrado al Golfo de México y se dirigía al puerto de Tampico no detuvo a los obreros que se afanaban en colocar, mediante complicadas maniobras, aquellas megaestructuras a 55 metros de altura. Por ello, contra todo pronóstico, la obra se terminaría a tiempo para ser inaugurada el 17 de octubre de 1988.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
El asombro de los asesores franceses, que seguían la construcción del puente Tampico llegó entonces a su límite, pues Gilberto, el ciclón que se formó el 8 de septiembre de ese año, llegó a tener categoría 5 y estuvo estacionario frente a las costas de Madero por dos días provocando intensas rachas que amenazaban con derribar estructuras de la obra, que pese a todo siguió realizándose, sin importar que el huracán pudiera entrar con toda su fuerza.
Te puede interesar: [Video] Centro Histórico de Tampico: una melodía visual de arquitectura y encanto
Gilberto, es recordado como uno de los ciclones más devastadores surgidos en el océano Atlántico, registró vientos máximos de 296 kilómetros por hora (el tercero de la historia por la intensidad de los vientos) y lluvias torrenciales que asolaron comunidades enteras; principalmente en los estados de Yucatán, Tamaulipas y Nuevo León.
“Las maniobras para unir la parte central, que consistía en la colocación de planchas de acero sobre lo más alto de la estructura, desafiaron a las rachas de vientos y los ingenieros franceses creían que no lo terminaríamos en octubre, pues era plena época de huracanes y todavía faltaban las estructuras que unirían el lado tamaulipeco con la construcción que venía desde el estado de Veracruz”, recuerda el ingeniero David García Ledezma, subresidente de la obra.
Los últimos dos años de su edificación se trabajó las 24 horas del día, añade, laborando hasta 500 obreros en tres constructoras que iniciaron el proyecto en 1980, pero la devaluación de 1982 lo detuvo por dos años, volviéndose a reanudar en 1984 para no detenerse hasta ser concluido en el otoño de 1988, quedando en su historia innumerables anécdotas que unen los recuerdos en ambos lados del río.
“Fue algo sumamente extraordinario donde se utilizó la más alta tecnología. Por ejemplo, en la pila 13 fueron ahogados en el concreto desde la cimentación hasta la parte superior del mástil, sensores eléctricos que mandan señal a una computadora en el interior del cajón de la superestructura sobre la columna para analizar el comportamiento del concreto y de este modo saber si se tiene algún daño con el paso del tiempo”, explica García Ledesma.
Este icono de Tampico tiene una longitud de mil 543 metros, 18 metros de ancho, con 21 pilares, teniendo 360 metros sobre el claro del río Pánuco a una altura de 55 metros desde el espejo de agua y -de acuerdo con los datos de las autoridades- costó de 140 mil millones de pesos, suscitándose por lo menos 15 accidentes durante su construcción, con un saldo de seis muertos.
En una paradoja del destino, Gilberto, el super huracán que pudo detener para siempre la megaobra sobre el río Pánuco, se desvaneció tocando tierra un 17 de septiembre en la Pesca, Soto la Marina, apenas a 215 kilómetros del puerto jaibo, es decir a 2 horas y media de distancia de donde se construía el coloso atirantado, que un mes después, el 17 de octubre, se inauguraba; convirtiéndose así el puente Tampico en una hazaña de la ingeniería mexicana, que pese a viento y marea se concluyó satisfactoriamente.