El colorido papel china, el fogón calentando el engrudo, el carrizo y montones de papel periódico se pueden ver y respirar al llegar a la esquina de la calle Vicente Guerrero con Hidalgo de la colonia Morelos en Tampico, lugar donde se elaboran de manera artesanal una de las tradiciones mexicanas: la piñata.
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Este año, los productores de piñatas en la zona sur de Tamaulipas buscan “no perder el tino”, y es que debido a la pandemia por Covid-19 que ha originado la suspensión de clases, restricción de convivios y posadas, la venta de piñatas ha caído hasta un 80%.
Sabino Saldierna Trejo, conocido como el "Pajarito" y su esposa María Reyes Escobedo iniciaron el oficio de manera artesanal en el año de 1973, la pasión y el gusto por esta artesanía mexicana la han llevado por más de 45 años y fue heredada a sus hijos y nietos, segunda y tercera generación, quienes luchan para que esta tradición siga viva.
El hijo del fundador, Nicolás Saldierna, comentó que “ya tenemos años en esta tradición, mi padre fue el que inició con la elaboración de las piñatas, posteriormente seguimos mi hermana y mis sobrinos”.
Todos tienen en esta labor una tarea, Nicolás preparar el carrizo y armar las figuras, posteriormente aplicar el engrudo que elabora su hermana Margarita; mientras que Jesús Iván y Mario, nietos de Sabino se encargan de ponerle el colorido a la piñata forrándola con papel china.
Poco a poco se van dando forma a las piñatas, siendo la estructura en forma de estrella la más solicitada en estas fechas.
“El año pasado hicimos mil piñatas, y este año solo haremos 200, es decir, nos bajó 80%”, afirmó Nicolás.
La pandemia no solo les ha dejado una difícil situación económica, también sufrieron la pérdida de Sabino, quien a consecuencia de problemas de salud falleció el pasado 27 de agosto.
“Mi padre lamentablemente se nos fue y nos quedamos nosotros a seguir la tradición”, comentó su hija la señora Margarita.
En total son cuatro hermanos que continúan con el legado: Margarita, Nicolás, Victoria y María Isabel en la colonia Borreguera y Moralillo.
Aseguran que muchos productores piñateros este año no trabajaron por temor a la pandemia, pero otros como ellos que viven del oficio tuvieron que “aventarse”, inclusive bajando sus precios para poder vender.
Confían que pronto pase esta crisis sanitaria y todo vuelva a la normalidad y poder disfrutar de las tradiciones mexicanas, “porque sin piñata no hay posada”, comentó de manera optimista la residente de la “Isla del Encanto” a quien pueden contactar al número (833) 437 94 15.
El virus ha tratado prácticamente “a palos” a esta industria de papel y colores, pero sus artesanos, pese a las adversidades se aferran a continuar la tradición que se ha extendido por varias generaciones.