[Video] Océanos, el basurero del mundo

Quién no ha disfrutado un amanecer o el ocaso frente a playa Miramar, la mezcla de colores azul, turquesa y el dorado del sol hacen parecer que en la inmensidad del océano nada pasa, pero la realidad es que debajo de su manto ondulado la historia es otra.

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Islas de basura, bolsas devoradas por peces y tortugas, hasta químicos y desechos de la urbanidad terminan mezclándose con las saladas aguas que poco a poco van cobrando factura a la inconciencia humana.

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Hoy se conmemora el Día Mundial de los Océanos, ante la gran necesidad de llamar la atención del orbe para frenar el severo daño que estamos causando al regulador de la temperatura de la tierra.

El oceanólogo Marcelo René García Hernández aseguró que “los océanos siguen recibiendo carga de contaminantes y carga ambiental, desechos urbanos que han contaminado severamente, en algunos casos con daños irreversibles”.

Las descargas urbanas e industriales, la falta de conciencia gubernamental y social sobre la importancia de los mares, ha provocado que el equilibrio de estos ya se haya alterado, provocando modificaciones en corrientes, mareas, temperaturas, mortandad y migración de especies.

Tamaulipas cuenta con aproximadamente 430 kilómetros de litoral, desde la desembocadura del río Bravo hasta la desembocadura del río Pánuco, donde cada vez es más constante la presencia de residuos petrolíferos y químicos, toneladas de basura y la mortandad de especies como tortugas, delfines y mantarrayas.

“En muchas ocasiones se debe al consumo de plásticos, ya que las tortugas confunden las bolsas con medusas, las que mordisquean y tragan, atorándose en el tracto digestivo y les genera la muerte”, dijo Georgina Téllez Conde, presidenta de la agrupación La Gaviota, Vida Marina que el último domingo de cada mes realiza limpieza del litoral del sur de Tamaulipas.

Pero esto no solo repercute en la vida de los mares, sino también en el clima, ya que los océanos son los reguladores de la temperatura del planeta, por lo que al estar cada vez más dañados y calientes generan un aumento de deshielos de casquetes polares.

De igual manera estas condiciones oceánicas vienen a repercutir en la generación de ciclones, los cuales cada vez presentan mayor intensidad.

PROMESAS GENERACIONALES

Durante las últimas décadas ha habido intenciones de mejorar la condición del mar, pero estas se han quedado en la inacción.

“Generaciones pasadas y actuales siempre decimos vamos a contrarrestar o a apoyar, sin embargo cuántas veces hemos visto después de un playazo, una temporada vacacional o fin de semana las toneladas de desechos urbanos que dejan en la orilla de espacios como Playa Miramar”, dijo Marcelo René García.

Consideró que la población tiene un papel preponderante en el mantenimiento de los océanos, con la simple disposición de no dejar basura, hacer uso de los depósitos de desechos y sobre todo no arrojar a los resumideros residenciales sustancias tóxicas que lleguen al mar.

En tanto que las autoridades han errado en cuanto al desarrollo de la cultura de cuidado, educación y respeto a nuestro hábitat oceánico.

SOBRE PESQUERÍA

Además de la contaminación directa el mar es sobreexplotado, con prácticas no legales que están afectando cada vez más a su fauna.

“Sobre pesquería, cuántas veces se han encontrado embarcaciones con redes de malla prohibidas que en lugar de estar agarrando especies de nivel comercial los agarran como alevines”, refirió García Hernández.

El investigador indicó que “el sobreesfuerzo pesquero que se maneja impacta los océanos y se agotan los recursos”.

Las vedas actualmente son cada vez más prolongadas y las especies capturadas de camarón pasaron de tamaño jumbo a pacotilla, “la comercialización juega un papel preponderante pero el desarrollo de la nación debe regularse en una explotación racional o sustentabilidad, explotar pero conservar”.

TODOS PODEMOS Y TENEMOS QUE HACER ALGO POR LOS OCÉANOS

En nuestras manos está la vida de los océanos, desde nuestro hogar evitando arrojar sustancias químicas a las alcantarillas, en una visita a la playa recolectando nuestra basura y educando a las nuevas generaciones sobre el respeto al medio ambiente.

“La mejor manera de celebrar es poner la parte que nos compete, tratar de minimizar los residuos, bajar el consumo de energía no sustentable, exigir que no haya descargas industriales o urbanas al mar, entre otras”, refirió el oceanólogo.

La bondad de nuestros mares es infinita, pero no así su equilibrio que se ha visto amenazado por la acción del hombre, corresponde a nosotros conservarlos hermosos y con vida en su inmensidad, para seguir disfrutando de su brisa, la arena y la quietud que da perder la mirada en el horizonte donde mar y cielo convergen.