[Video] Niño Dios, restaurar la fe y la tradición familiar

Verdaderos artistas del sur de Tamaulipas reparan daños en estas piezas, algunas que han sido usadas por varias generaciones de familias

Eugenia Gómez | El Sol de Tampico

  · sábado 19 de diciembre de 2020

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

Una de las tradiciones mexicanas en torno a la Navidad es acostar al Niño Dios en el nacimiento de cada hogar y para ello es necesario que el pequeño Jesús se encuentre en óptimas condiciones, lo que representa una ardua labor para los restauradores.

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En el sur de Tamaulipas existen establecimientos y emprendedores que se dedican a dar mantenimiento a estas piezas tan significativas para las familias tamaulipecas. Haciendo que, incluso aquellos con décadas de antigüedad, luzcan como nuevos en esta ocasión tan especial.

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“El interés de tenerlo para el día 24 de diciembre listo es por tradición de las familias que van heredando el Niño Dios de generación en generación; se vuelve una tradición cada año tenerlo, lo quieren tener restaurado y bonito para ese día especial”, comentan los colaboradores del Hospital de Santitos “Galería Vaticano”, en Ciudad Madero.

Con años de experiencia, indican que la mayoría de los “niñitos” que llegan son de yeso. Sin embargo, también los fabrican en fibra de vidrio, pastas, resinas, alabastro, porcelana, lladró e inclusive en madera, siendo estos últimos los más antiguos con hasta dos siglos de existencia.

Entre los daños más frecuentes se enumeran las caídas de los dedos, las piernas y el mantenimiento de pintura, “como son figuras de yeso van requiriendo pintura y nos empiezan a llegar desde octubre y noviembre”.

Aunque la tarea es laboriosa, exponen que lo más complicado es evitar que un Niño Dios pierda sus características originales, “tenemos que checarlo, ver en qué condiciones viene, sacar el color original e igualarlo, en eso nos enfocamos, en respetar los tonos para mantener la esencia del niño, tocarle lo menos posible de la cara para que se lleven a su mismo niño, casi como lo trajeron nada más que restaurado”.

Foto: Vladimir Meza | El Sol de Tampico

El costo varia dependiendo de los daños que presente y del material con que haya sido fabricado. Sin embargo, más allá del precio, lo que se busca es ayudar a preservar esta bella tradición en los hogares mexicanos, “porque muchas veces se van heredando de generación en generación; se los dejó la abuelita o la mamá y a ellas se los dejó su mamá. Quieren conservarlo por el valor sentimental”.

En esto coincide Isidro Morales Garza, quien se dedica a este mismo oficio en Tampico, “es algo simbólico por la llegada del Niño Dios, no es tanto lo que gano en ello, sino la satisfacción de arreglarlos y que queden bien”.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico

El entrevistado por EL SOL DE TAMPICO detalla que la mayoría del material es fácil de conseguir y lo adquiere en este mismo puerto, aunque pese a esto, son pocas las personas que se dedican a repararlos, “a lo mejor porque no les gusta, pero para esto debe llamarte la atención y tener paciencia”.

Es así como, gracias a los restauradores, las familias pueden arrullar, vestir y colocar en su nacimiento al Niño Dios; una tradición que con los años sigue llenando de esperanza y amor los hogares de miles de creyentes mexicanos.

Foto: José Luis Tapia | El Sol de Tampico