Ciudad Madero cuenta con locales con historia y muchos han presenciado el crecimiento de la misma ciudad. Ejemplo de ello es la Cenaduría Livis, ubicada a un costado de la plaza Vicente Guerrero, que también es conocida como "los tacos de la Vicente", “tacos Pachucos y/o “tacos Pachuchos” y que lleva mucho tiempo enriqueciendo los paladares de generaciones.
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Filas y filas de generaciones han degustado de sus exquisitos tacos dorados, sopes y flautas. Su famosa salsa de tomate ha provocado inclusive peleas por un espacio en el que la mayor preocupación de su dueño y fundador, José Catarino Tovar Ibarra, es no poder atender a tanta gente.
Nos sentamos a platicar con don José en su local para conocer un poco de la historia de este icónico lugar que tiene ya casi 40 años sirviendo a sus comensales deliciosos antojitos mexicanos.
“Mi esposa de niña jugaba mucho haciendo taquitos con hojitas de limón y un día me comentó que quería poner un puesto. Yo le facilité todo trabajando en una compañía en la refinería”, comentó el entrevistado sobre la iniciativa que emergió en su esposa, con la que tiene 48 años de compartir vida.
Aunque se intente y se busque por muchos lugares, es imposible encontrar un sabor que se le comparé: la tortilla con la que son preparados y la famosa salsa de tomate en la que se remojan estos taquitos son un platillo que llena de nostalgia al estómago, pero sobre todo al corazón.
“Salieron de mi esposa los sabores, la verdad no se de dónde; ella iba a cenar a otros lados, probaba los tacos secos cuando no comes picante y de ahí salió de ella hacer la salsa de tomate y es peleada por todos los clientes”, comentó de manera anecdótica.
Queriendo marcar la diferencia y darles un toque único a sus tacos decidieron que fueran realmente únicos en todos los sentidos, pues tantos la tortilla de sus tacos, como sus sopes, son hechos de manera específica para ellos, por lo tanto, no se pueden comparar con ningún otro de su categoría.
“Al principio batallábamos mucho porque se juntaba mucha gente y mi esposa era la que hacía los tacos, una mesera y yo no nos podíamos dar abasto de tanta gente”, dijo.
Y es que uno como maderense puede recordarse esperando afuera con ese delicioso olor del aceite friendo los taquitos, machitos y sopes de este lugar.
Como lugar de paso de extranjeros y la visita de personalidades como el “Piojo” Herrera han posicionado a este humilde comedor en parada obligada para muchos visitantes y don José se siente alegre por dejar huella en generaciones de tantos comensales.
“Es bonito recibir clientes que vienen y me dicen ‘vengo a traer a mi hijo, a que sepa comer tacos como me enseñaron mis papás a mi’”, agregó el entrevistado como una referencia a la trayectoria que tiene su local.
Poco a poco fueron creciendo en popularidad y en su local ubicado a un costado de la Plaza Vicente Guerrero han sido testigos del paso del tiempo y la evolución de la zona.
No pierdas la oportunidad de disfrutar de los sabores usuales, extraordinariamente cotidianos que nos ofrece el sur de Tamaulipas para el mundo.