La noticia más dolorosa de sus vidas recibió una familia tampiqueña a la que notificaron la muerte de su madre por Covid-19 en el Hospital Dr. Carlos Canseco, pero al tercer día de esperar el cuerpo les informaron que la mujer seguía viva, pero con un estado de salud grave.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
El deceso de Enoelia Rodríguez Cruz fue informado el lunes 6 de julio, por lo que sus familiares se prepararon para las exequias basándose en el protocolo de manejo de cadáveres estipulado por la Secretaría de Salud de Tamaulipas, pero este miércoles 8 de julio, al exigir sus cenizas, fueron enterados que la madre estaba viva y por su gravedad sería trasladada al hospital Dr. Rodolfo Torre Cantú de Altamira.
Fátima Fabiola Burgos Rodríguez aseguró que "Dieron por muerta a mi mamá, realicé los trámites del acta de defunción en el hospital Canseco. Mi mamá viene en esta ambulancia, ustedes no saben el dolor que he pasado, mi mamá está viva, viene grave y la tienen que atender".
La noticia generó gran dolor entre la familia, incluso un preinfarto a uno de sus hijos, así como gastos funerarios que debieron cubrir para que les entregarán los supuestos restos de la matriarca que erróneamente había sido dada por muerta en el área Covid del Hospital de Tampico.
En entrevista con El Sol de Tampico, Fátima asegura que, incluso a su madre la habían colocado en una bolsa de cadáver, asegurándoles que no les entregarían las cenizas hasta que garantizarán que tenían donde depositarlas, ya que no podían tenerlas en casa.
Comenzaron la penosa búsqueda de un sitio para colocar la urna, pero ante la negativa en el sur de Tamaulipas se trasladaron a Pueblo Viejo, donde les aceptaron el depósito de las cenizas.
Este miércoles al exigir la entrega de los restos, fueron enterados que estaba viva y que era llevada el hospital de Altamira en estado grave e intubada.
La misma familia asegura que la mayoría de los médicos y enfermeras se encuentran cansados por el exceso de trabajo, al cumplir incluso jornadas dobles.
EL PROCESO
Esta trágica historia comenzó el viernes 3 de julio cuando doña Enoelia fue internada por problemas en el corazón y temperatura; le había dado un preinfarto.
La llevaron a un médico particular donde le aseguraron a la familia que necesitaba ser hospitalizada, por lo que la trasladaron al hospital público.
Ahí le dijeron que era necesario que ingresara al área de Covid-19 aún sin haberle hecho una prueba: “Mi mamá ingresa al área el viernes en la noche, se queda el sábado y me piden medicamentos, por lo que los conseguimos y me dicen que le dio un paro respiratorio, pero por su edad no era necesario intubarla”, refirió.
La mujer de 76 años presentaba problemas respiratorios, por lo que el domingo piden a los parientes que le lleven un teléfono para que reciba llamadas o mensajes de aliento.
El lunes, a las 15:00 horas llega la noticia: “Me dicen que mi mamá se puso muy grave, que no había nada que hacer, me piden otro medicamento y el lunes a las 3 de la tarde me dicen que había fallecido”.
Durante todos esos días la diagnosticaron como paciente de Covid-19, los resultados de la prueba llegaron este miércoles -8 de julio-, marcados como positivo a la enfermedad pandémica.
LA BÚSQUEDA PARA DESPEDIRLA
El personal médico le indica a la familia que “El cuerpo no me lo entregaban hasta que no tuviera donde depositar las cenizas porque no se velaba” comenzando la búsqueda de un sitio para una misa y un panteón en el sur de Tamaulipas a fin de poder despedirla, pero les fue negado.
“Me moví a Pueblo Viejo, por todo pagué casi 12,000 pesos para preparar al lugar donde íbamos a llevar a mi mamá” dijo Fátima, incluso varios familiares de Atlanta, Georgia, viajan para acompañar a la familia en el duelo.
La espera para la entrega del cadáver se prolongó, por lo que el miércoles 8 de julio acudió al hospital para exigir respuestas y ahí es enterada que su madre no había muerto: “Me dicen que estaba viva, que la trasladarían al Torre Cantú, que ya estaba intubada”.
“Me da alegría ver a mi mamá, la toqué, quiso abrir sus ojos pero viene muy grave, no se vale lo que nos hicieron, por qué me engañaron, no saben lo que he vivido con mis hermanos afuera”, refirió Fátima, quien dijo que “A mi hermano le pegó un preinfarto fuera del hospital cuando recibieron la noticia”.
Pidió a las autoridades: “Que no le permita a estos doctores darnos estas noticias, que valoren a los doctores o enfermeras que han sido leales con nosotros, porque hemos tenido varios doctores y enfermeras que son amables y leales con los pacientes y su familia”.
“Tuve un preinfarto por lo mismo que había muerto mi madre, fuimos a buscar un panteón, se nos acabó el dinero, ya tenemos hasta la lápida y todo hecho para enterrar a mi mamá, todo lo que hicimos para el funeral” expresó Andrés.
Los hermanos Fátima, Hilario y Andrés ahora esperan un milagro para que su madre logre superar esta enfermedad, pero están conscientes que su condición es crítica: “El doctor fue sincero, mencionó que mi mamá no tiene muchas esperanzas porque está grande”.
Llora por una mezcla de sentimientos, alegría por enterarse que seguía viva, impotencia por los días de desesperación vividos en la espera del cadáver e incertidumbre por esperar que logre superar los estragos que está generando en su cuerpo el coronavirus.
TRASLADAN PACIENTES POSITIVOS DE COVID-19 A ALTAMIRA
La tarde del miércoles se desarrolló el traslado de tres pacientes positivos a Covid-19, entre ellos Enoelia, debido a que las instalaciones del Hospital Dr. Carlos Canseco están ya superadas en su capacidad.
Custodiados por personal de tránsito, las tres ambulancias, dos de la Cruz Roja y una particular, movieron a los enfermos hasta el nosocomio de Altamira que atiende a personas con Covid-19.