¡Ay, el calor!, nuestro gran rival aquí en la zona, ese que el ventilador ni haciendo su mayor esfuerzo puede combatir; esto sería una verdadera calamidad si no tuviéramos un remedio fresco y delicioso para defendernos.
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Las raspas han sido desde hace muchos años un delicioso placer que refresca el alma y alivia las tardes soleadas en el puerto, pero no tendrían ningún encanto si solo se tratara de hielo triturado. El dulzor y su colorido sabor son gracias al esfuerzo de un hombre que lleva más de medio siglo en nuestros paladares.
Emilio Sánchez Valdez, mejor conocido como “el Dr. Moka”, desde 1957 con sus jarabes ha hecho un espacio inamovible en la memoria de cientos de nosotros con sus jarabes y en honor a esto la cámara de #Usual no podía perder la oportunidad de sentarse a conversar con él y escuchar su historia.
“Tenía un negocito en la calle Torreón y como necesitaba jarabe pues lo empecé a hacer”, explicó a #Usual recordando sus primeros pasos a lo que sería una vida llena de éxito gracias al trabajo duro.
“Luego con un triciclo comencé a vender negocio por negocio mis jarabes, en ese entonces la Coca-Cola también tenía sus jarabes y yo llegaba diciendo: “jarabes moka, mejores que los de la koka” y con mi insistencia ellos me dejaron comercializar, todo fue por mi insistencia”, compartió con nostalgia.
“Nunca he trabajado para ganar dinero, este llega por consecuencia, he trabajado porque se necesita, si pones en primer lugar el dinero puede que las cosas te salgan mal”, así describió Emilio el crecimiento de su negocio, mismo que ha ido creando fuentes de empleo para muchas personas gracias a sus jarabes.
El “Dr. Moka” enfatizó que lo más importante para él y lo que ha sido su mejor herramienta para seguir brindando un buen producto es la gente, escucharla y atender a sus recomendaciones.
“Llevaba un moledor de hielo y llevaba yo mis jarabes y las que hoy son abuelas me decían: “bájale, súbele, bájale”, es realmente increíble”, dijo describiendo así el proceso para encontrar el balance perfecto en el sabor de sus jarabes.
Hoy es casi imposible encontrar algún puestecito de raspas en la región que no utilice los jarabes de “El Dr. Moka”, ya sea de vainilla, fresa, limón, tamarindo o hasta de maracuyá, en una tarde de calor no hay mejor compañía.
“Lo que más me gusta es que gente más grande se me acerca y me dice: “yo de niño probé tus jarabes y los sigo probando”, ¡Asooo! Eso es lo que me llena”, compartió alegremente el entrevistado.
Fue un verdadero placer compartir palabras con el creador de este icónico jarabe de la zona sur, delicia que durante años quizá disfrutaste sin saber siquiera el nombre del creador. Hoy podemos decirle gracias al hombre que convirtió nuestras usuales tardes calurosas en experiencias extraordinariamente cotidianas.