Los primeros pasos siempre serán importantes, desde los que da un bebé que comienza a andar, los de nuestros ancestros cuando erigieron las ciudades que conocemos y hasta los que damos nosotros en la actualidad.
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En Ciudad Madero es grande el legado que han dejado las pisadas de los primeros pobladores, por lo que el calzado representa un punto importante a considerar. Tenerlo en óptimas condiciones y darle brillo al mismo ha sido el oficio que ha dado renombre a doña Celia.
Con 40 años en el oficio de boleadora de zapatos se ha ganado el aprecio y reconocimiento por generaciones de maderenses, pues desde alcaldes, líderes sindicales y hasta personalidades famosas han visitado su puesto ubicado a un costado de la presidencia del municipio petrolero.
Nos sentamos a conversar de manera amistosa con doña Celia, quien no pierde oportunidad de compartir su empatía y amabilidad a la hora de atender a un cliente, donde explicó que la necesidad de sacar a su familia adelante la empujaron a emprender en este negocio.
“La necesidad de trabajar me trajo aquí, conocía al secretario general de lustradores de calzado, era un amigo y me invitó a trabajar y luego colaborando en el sindicato me gane este lugar y ya tengo 40 casi 41 años desde entonces”, explicó la entrevistada.
La edad usualmente hace referencia a su experiencia, pero doña Celia no lo considera así, pues explicó que ella sigue aprendiendo de sus compañeros tratando de mejorar su trabajo día con día.
“Sigo aprendiendo de andar viendo a mis compañeros, me gusta limpiar el calzado, verle sus detallitos y platicar con la gente que viene”, comentó haciendo hincapié que este último factor considera para ella el que le ha dado el reconocimiento de la gente y que aprendió de un tío que era comerciante.
“Soy bien chismolera”, dijo en tono de broma y rio, asegurando que clave del éxito es la enseñanza de que “los problemas grandes que tengas en casa dejarlos ahí y en el comercio sé amable”.
Doña Celia describió su oficio como un actor, que al presentarse a escena debe transformarse para sacar adelante su papel y hacer un buen trabajo.
Su sonrisa no tiene mermas a la hora de compartirla, pues entre las personalidades que han pasado está el cantante y actor maderense Víctor García, quien llegó a platicar con ella, siendo que ella misma lo trato como a cualquier cliente, tanto así que ni siquiera lo reconoció.
“Yo lo seguía mucho desde que estuvo en el programa de canto y cuando venía, pero ese día hasta que terminé de atenderlo un compañero me dice 'oyes era el Víctor García', y yo ya ni pude tomarme foto con él”, platicó entre risas de manera alegre.
Concluyó diciendo que para ella este ofició es algo que seguirá disfrutando mientras le quede vida y compartió un mensaje de esperanza ante estos momentos grises que vivimos.
“Debemos ser positivos para sacar esta vida adelante”, es como cierra su historia, una de una mujer trabajadora, quien da un brillo usual al calzado de maderenses, que da no solo con su pañuelo, sino que resplandece mucho más por su sonrisa.