Mauricio Luna Moreno lleva 13 años confeccionando máscaras de lucha libre, adquiriendo no solo experiencia en la confección de estos implementos, imprescindibles en el llamado “arte del pancracio”, sino también un prestigio que le ha permitido incursionar en mercados a nivel local, nacional y en Estados Unidos y Costa Rica.
Sin embargo, la presente crisis de salud por la pandemia del “coronavirus” Covid-19 hizo que sus ventas casi desaparecieran, pero en medio de un panorama negativo le surgió una idea que ha contribuido a que se mantengan a flote sus finanzas: la confección de cubrebocas con motivos luchísticos.
Efectivamente, en su taller ubicado en Altamira, Luna Moreno confecciona cubrebocas a los que da forma de máscara de luchador, reutilizables y que entre los aficionados al rudo deporte y entre el público en general son de gran utilidad en estos días en que es obligatorio salir a la calle con ellos.
Apoyado por su ayudante Michelle, Luna Moreno es un emprendedor que en algún momento quiso ser luchador profesional. Confecciona de forma manual cada cubrebocas, tomándole un promedio de cinco minutos elaborar cada uno.
Primeramente sobre la tela y el forro se dibuja la forma del cubrebocas, se corta y después “se saca el forro, la parte por detrás del cubrebocas se pone doble para que tenga un poquito más de refuerzo y no pasen los fluidos cuando estornuda la persona o tose. Se hacen dos procesos, el corte del cubrebocas por la parte del frente que es la vista y el forro que va por dentro, ya después se cose, se arma y se pegan los moldes. Para armar un cubrebocas se usa la licra spandex, en este caso como sigo fabricando máscaras para lucha libre.
“La tela debe ser de calidad y fresca, también conocida como licra holográmica, comúnmente este es el material que utilizamos. Tanto el forro como la parte frontal del cubrebocas se unen con costura, para lo cual usamos una máquina de coser”, señala.
UNA OPORTUNIDAD
“La verdad es que antes de la pandemia yo me dedicaba a hacer muchas máscaras, prácticamente a nivel nacional y aquí en la zona había amigos que me mandaban a pedir y yo con gusto se las fabricaba, y ahora que vino esta situación por la pandemia, que nadie se la esperaba, pues tuve la alternativa de ver la manera de sacar ingresos extra, pues el negocio de las máscaras bajó un poco y vi esta oportunidad, otro punto a mi favor para poder sacar ingresos porque sí está difícil la situación”, menciona.
Mauricio señala que desde “hace trece años que me dedico a la confección de máscaras de lucha libre, empecé vendiéndolas en la zona, y posteriormente me fui expandiendo hasta llegar a nivel nacional y a Estados Unidos, allá hay mucho paisano que quiere estos recuerdos, e incluso en Centroamérica, específicamente en Costa Rica, me piden mucho estos trabajos, hemos ido mejorando, el mismo trabajo te hace trabajar con más calidad que es lo que te pide la gente”.
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Asegura que ante la crisis lo que menos debe hacerse es quedarse con las manos cruzadas. “Yo siempre he tenido mente emprendedora, estudié la carrera de ingeniería industrial y ahí me enseñaron a emprender, no nada más a trabajar para un patrón o buscar un empleo, sino en lo que uno pueda, le puedo recomendar a la gente que busque alternativas, que si en su trabajo se le cerraron las puertas busquen otras opciones, que no se quede con las manos cruzadas ni se les va a caer el mundo por la crisis, que tomen en cuenta la crisis como una oportunidad para poder crecer y genera”.
Así, mientras se prepara para terminar de confeccionar otro cubrebocas, exhorta a la población a resguardarse en casa, mantenerse atento a las indicaciones de la autoridad, y en caso de salir usar cubrebocas. “Y si necesitan uno, aquí estamos”, señala.
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