La estación Tamesí se edificó sobre la línea de Monterrey a Tampico, perteneciente al antiguo Ferrocarril de Monterrey al Golfo, y en 1890 la labor se realizaba a la par que trabajadores iban haciendo chozas a lo largo del trazo del riel, pues al mismo tiempo se extendía un ramal de vías hacia una famosa ranchería, pegada al Pánuco, que llamaban “El Paso de Doña Cecilia”.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Esta zona ubicada en la barra natural del río Pánuco y que dio origen a Ciudad Madero, tuvo una gran actividad por ser la entrada a Tampico, desde ser campo de batallas para defender a México de la corona española, pasando por alojamiento de grandes personalidades del siglo XIX, hasta una actividad económica que detonó la formación del municipio que hoy conocemos.
A través de las líneas del ferrocarril se provocó un nuevo modo de ordenamiento del espacio, y el territorio surgió, pues en 1890 al iniciar los trabajos preliminares de limpieza de la Barra se hizo un llamamiento de mil trabajadores que llegaron de San Luis Potosí con la promesa de ganar de 75 centavos a un peso por día, originando la llegada masiva en tren de obreros.
El tren daba servicio a lo largo de los 11 kilómetros de vías, el cual se convirtió en la forma de transporte más importante para los trabajadores y sus familias que vivían a lo largo de la línea férrea. De esta manera se dio el desarrollo de la suburbanización en los barrios Árbol Grande, Doña Cecilia y La Barra.
Y hacía 1892, dos de los tres lugares para el desembarco de toda la carga que traían las naves que llegaban por la zona norte del golfo de México estaban una en La Barra, a la entrada del río Pánuco y la otra en el ferrocarril, en Doña Cecilia, esta interacción hizo que el villero fuera tomando cada vez más importancia.
“Por tal motivo cuando la extracción de petróleo se hizo negocio a principios a finales de 1800 la zona que ocupaba la ranchería de Doña Cecilia fue elegida para la instalación de almacenajes y refinerías de aceite. Con la planta instalada en Árbol Grande, en 1895, el desarrollo petrolero aterrizó en La Barra y la oferta laboral se multiplicó de manera exponencial”, señala Juan José García Rodríguez, investigador de Ciudad Madero.
En 1896, el suburbio de Doña Cecilia contiene ya una población de aproximadamente cuatro mil 500 personas y Árbol Grande, un pueblo comparativamente nuevo, cerca de 500 personas, pues muchas familias se fueron estableciendo en los vastos terrenos aledaños al tren con la intención de evitar pérdida de tiempo por traslados.
“Con la expropiación de los ferrocarriles en 1907 los terrenos propiedad de Ferrocarril Central Mexicano en La Barra pasaron a ser parte del Estado que terminó arrendándolos, llegando más compañías petroleras a la zona y en 1921 se instalará una de las plantas más importantes: El Águila.
Esto terminó por generar un desarrollo que tres años más tarde detonó la ‘independencia’ de la zona, para nacer el 1 de mayo en 1924, Villa Cecilia, que más tarde, en 1930 cambio de nombre para llevar el del apóstol de la Revolución, quedando registrada como Ciudad Madero”, añade.
“El nuevo municipio estaba conformado por los asentamientos de Doña Cecilia (colonia Tinaco), Árbol Grande, Refinería, La Barra y Miramar, además de otras partes del norte de Tampico. Cuando se pone en operación en 1914 la refinería Madero, los ingleses empezaron a construir casas hacia el norte creándose una zona exclusiva y con gran desarrollo, para después dar paso al actual municipio”, agrega.
Detrás de conceptos como modernidad, industrialización y desarrollo se ocultan los procesos y esfuerzos de los hombres que se impusieron a la naturaleza y generaron el cambio, Madero es claro ejemplo de este tipo de gente, que con su fuerza modernizaron una ciudad y construyeron otra.