La desesperación en medio de la pandemia de coronavirus poco a poco comienza a apropiarse de padres y madres de familia, quienes enfrentan la terrible situación de no tener trabajo o la posibilidad de llevar el sustento a casa.
Se trata de hombres y mujeres, muchos de la tercera edad o discapacitados que viven al día, sin prestaciones sociales, los que representan más de 300 mil en Tamaulipas y para quienes mantenerse en cuarentena es una medida que no se puede aplicar a cabalidad porque la necesidad los empuja a salir de casa.
Algunos sobreviven con las exiguas ventas que tienen en puestecitos de dulces, raspados, tamales, trolelotes, paletas o aguas frescas; pero a muchos no les ha quedado otra opción más que salir a calles y cruceros para pedir “un apoyo”, ganarse la vida limpiando parabrisas o haciendo malabares.
Tal es el caso de Juan Antonio Rosales Pérez, quien sufre secuelas de un atropellamiento y la desesperación de no sacar lo necesario para vivir con su familia de la venta de dulces, lo llevaron a salir a la calle a pedir la caridad de las personas.
“Me dedicaba a vender dulces pero esta bien fregado por el coronavirus, la gente no se anima a agarrarlos -los dulces-, piensan que están sucios y se los mete a la boca y como esta esta enfermedad no hay ventas” dijo a El Sol de Tampico.
En silla de ruedas se mueve complicadamente debido a las cuatro fracturas de tibia y peroné, acortamiento de extremidad pélvica derecha y secuelas a la marcha -caminar- que padece por el atropellamiento sufrido hace varios meses.
Pese a ello en la intersección del bulevar Adolfo López Mateos y la calle Álvaro Obregón, en el crucero conocido como del Spa en Ciudad Madero, se dedica a pedir ayuda “estoy pagando renta, antes me quedaba en la calle, ahora ya pago una renta y tengo que salir adelante”.
Es originario de Ciudad Victoria y ahora trata de sobrevivir a la enfermedad del coronavirus y a la pandemia del desempleo y falta de dinero que cada vez se extiende más por el mundo.
Conforme avanzan los días de cuarentena, aislamiento social y la crisis económica el número de pedigüeños va a la alza “es un fenómeno social que es imparable, porque las personas necesitan comer, no es tan fácil solo pedir que no salgan” dijo la presidenta del Frente Justicia, Derecho y Libertad, Nuri Violeta Romero Santiago.
Y el problema apenas empieza en la región, pero conforme los días transcurren se agudiza la situación que poco a poco presenta un rostro mucho más crudo, incluso las autoridades se preparan para una oleada de hechos delictivos como robo hormiga, de famélico o saqueos ordinarios.
“Tenemos encarecimiento, pocas opciones de compra o trabajo, menos dinero en las bolsas y la angustia se apodera de las personas, por ello en la medida de nuestras posibilidades ayudemos a quienes enfrentan una situación mucho más vulnerable que la nuestra” dijo la activista tamaulipeca.
Son tiempos de acatar las instrucciones de las autoridades, pero también de solidaridad y ayuda con el desvalido, quien hoy está padeciendo la desazón de no saber que llevará de comer a casa, donde sus hijos o familiares guardan.