Una de las tradiciones religiosas más arraigadas en México, es la representación de la Pasión del Señor Jesús, conocido también como el Vía Crucis, tal como lo celebra, desde hace más de 30 años la iglesia de la Parroquia de San Francisco de Asís o la iglesia de "Las Conchitas", en la colonia Las Conchitas de Ciudad Madero.
En ella interviene la feligresía para crear un espectáculo visual en el que se reviven los últimos momentos de la vida de Jesucristo, desde la entrada gloriosa en Jerusalén hasta la Resurrección.
Hacia la hora sexta. Dice Pilatos a los judíos: “Aquí tenéis a vuestro Rey”. Ellos gritaron: “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícale!”. Les dice Pilatos: “¿A vuestro Rey voy a crucificar?” Replicaron los sumos sacerdotes: “No tenemos más rey que el César”. Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, en hebreo Gólgota, y allí lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio (Juan 19, 14-18).
Es una costumbre que sirve para recordar el misterio pascual de Cristo y, en definitiva, es una catequesis viviente. Desde muy antiguo, los cristianos han sentido este deseo de representar y hacer viva la Pasión del Señor. Así fue como nació el Vía Crucis (“Camino de la cruz”) en Jerusalén, una forma de oración en la que se recorría el itinerario que siguió Jesucristo desde el cuartel de Pilatos hasta el Calvario y el Sepulcro, deteniéndose a rezar en algunos puntos o “estaciones” señalados con una cruz y adornados con representaciones que explicaban lo que sucedió en cada una de ellas y que hoy se mantiene viva en todo México.
Se acompañaba a Jesucristo en su Pasión de forma física caminando por las calles de la colonia Las Conchitas, siguendo las estaciones desde el Pretorio, al Gólgota y al Sepulcro el recorrido de Jesús que con su Santa Cruz nos redimió”. Este es el sentido del Vía Crucis, seguir a Jesucristo en su camino hasta la cruz.
Representando a Jesús en este Vía Crucis está el joven Moisés Narváez Velázquez; Adriana Patricia Velázquez Morales, como María; Rosalío López Vega, como Dimas; César Emmanuel Mendoza, como Gestas; Moisés Narváez Benítez, como Caifás; Rito Ortega Villasana, como el Sacerdote; Miguel Ángel Rodríguez, como Barrabás y Elías Ruiz, como Poncio Pilatos, encabezando esta actividad Fray Raúl Villarreal Cortés, párroco en la iglesia San Francisco de Asís.
El Vía Crucis pretende reavivar, en la mente y en el corazón, la contemplación de los momentos supremos de la entrega de Cristo por nuestra redención, propiciando actitudes íntimas y cordiales de compunción de corazón, de confianza, de gratitud, de generosidad y de identificación con Jesucristo.
La atención de esta oración se centra en la contemplación de la actitud de amorosa entrega de Jesucristo y en la petición de fe, confianza, fortaleza y amor, para abrazar la cruz de cada día y ser auténticos seguidores suyos ( Mateo 16, 24; Marcos 8, 34; Lucas 9, 23). No debe ser nunca un acto de piedad precipitado y vacío de contenido, sino un momento sereno y profundo de reflexión en el que se pretende conocer mejor a Cristo para amarlo con mayor intensidad respondiendo a su amor infinito.