Rico en recursos agrícolas, ganaderos y pesqueros y ligado estrechamente a la historia regional, el municipio norveracruzano de Tampico Alto es, sin embargo, una de las zonas más marginadas de la Huasteca. Cuyas aportaciones económicas no son correspondidas con inversiones por parte de los gobiernos federal, estatal e iniciativa privada para darle sustento al esfuerzo y bienestar de sus habitantes.
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“Esta es tierra de gente que lo mismo cría ganado que siembra la tierra o pesca en las lagunas, dentro de una cultura generacional de esfuerzo y sacrificio que merece mayor atención”, comenta el maestro Herminio Galván Flores, representante de la Organización Democrática Huasteca, un grupo de 22 especialistas en diversas materias que desde hace tiempo están trabajando en un proyecto que lleve al rescate de ese pródigo filón colindante con la costa del Golfo de México.
El municipio de Tampico Alto es marginal a la laguna de Tamiahua, un vaso de 85 kilómetros de longitud, asimismo Cabo Rojo forma parte de su geografía, que se ubica entre la laguna antes mencionada y el Golfo de México, con una extensión aproximada de 125 kilómetros y una anchura de 3 kilómetros, en la laguna de Tamiahua donde las especies de escama, crustáceos y moluscos nutren gran parte del comercio de esos productos en el país.
Este municipio tiene una superficie de 1,087 kilómetros cuadrados y una población aproximada a los 30 mil habitantes, con una estimación de 232 comunidades rurales y una urbana.
En el ramo de la agricultura se producen sandías y piñas con calidad de exportación, además de jícama, cacahuate, así también en menor proporción ajonjolí, maíz, frijol, pepino, tomate y calabaza.
Sus vastas y húmedas praderas son propicias para la cría de ganado de diversas razas y algunos de sus puntos de atracción turística, como La Ribera y la Barra de Tampachiche son un imán para paseantes de una amplia comarca con sus exquisitos platillos y hermosos paisajes naturales.
Pero pese a toda esa riqueza, la infraestructura de servicios públicos como educación, salud, deporte, vías de comunicación y medio de transporte son precarias y la que fue la columna vertebral de la comunicación entre el norte y el centro del país, la Brecha Huasteca y la carretera federal 180, el día de hoy son rúas olvidadas.
Y allí, en ese escenario, es donde surge la idea de proponer un Programa Integral de Desarrollo que incluye actividades de agricultura, pesca, ganadería, comercio, turismo, industria, educación, salud, deporte, gestión social, planeación urbana y rural, electrificación, transporte y telefonía, rubros en los que los integrantes de la Organización Democrática Huasteca, cada uno en su especialidad, han elaborado propuestas concretas y bien cimentadas para su aplicación.
Entre los rubros que con mayor urgencia se reclaman están los de vías de comunicación, agua potable, drenaje y pavimentos, programas para la conservación del agua y el medio ambiente, alumbrado público y, sobre todo, un sistema de transporte público que facilite la movilidad de sus habitantes.
“Construimos nuestra realidad con optimismo, fe y confianza en el futuro, sólo falta que las autoridades, en sus distintos niveles, volteen sus ojos hacia esta generosa región de gente trabajadora que amerita mejores condiciones de vida.
Ahora que estamos en tiempos electorales cuando candidatos de los diversos partidos buscan el respaldo ciudadano, estos tienen la oportunidad de compenetrarse en nuestra problemática y convertirse en voceros y gestores de las obras que nuestro municipio reclama”, sentencia el profesor Herminio.
De esta manera se podrán solucionar las necesidades y problemas sociales, económicos y ambientales actuales del municipio de Tampico Alto.