El encarecimiento en los precios de la gasolina, la veda de tiburón y cazón, así como la disminución en las pesquerías de robalo, jurel y otras especies de escama empeora la pobreza de varios cientos de familias de la ribera tamaulipeca y veracruzana del río Pánuco.
Francisco Hernández Coronado y Margarito Martínez Hernández, pescadores de la colonia Talleres, dijeron que si bien reciben cierto apoyo de la Sagarpa durante este periodo de veda, los trabajadores de la mar enfrentan un contexto difícil, sobre todo porque las actividades industriales en esta parte del Golfo de México han disminuido las capturas.
A través de Propesca existe la solicitud de apoyo de siete mil pesos en esta época de veda para los pescadores, pero no es suficiente porque el costo de la gasolina es muy alto y baja considerablemente la rentabilidad del sector, pues se gastan un promedio de mil pesos por viaje de veinticuatro horas, expuso.
Sin embargo, ese gasto no se puede cubrir totalmente con los ingresos, pues en estos días de escasa captura se ganan entre 200 y 500 pesos por día y solo cuando hay pesca extraordinaria se pueden obtener mil pesos, agregó.
Dijeron que el problema es que cada vez hay menos pesca en el litoral tamaulipeco, pues actividades como la introducción del gasoducto submarino, además de las plataformas marinas han reducido las cifras de capturas de especies comerciales como bagre, robalo, sargo, peto y guachinango, entre otros.
Los pescadores que están en espera de recibir los apoyos económicos del Gobierno del Estado aportado por TransCanada, sin embargo éstos todavía no llegan.
Por su parte el señor Margarito Martínez mencionó que desde hace más de treinta años se ha dedicado a la pesca y su rentabilidad hoy se encuentra peor que nunca.