“Reglamentos sobre protección animal deben ser aplicados de forma contundente, ya que a pesar que existen las sanciones, muchos de los infractores no acuden a pagar sus multas o se considera como un daño mínimo que se torture a una mascota, cuando eso es señal de que la persona puede estar afectada de sus facultades mentales”.

Consideró en el marco del Día Mundial de los Animales a celebrarse este 4 de octubre, Carlos Ernesto Méndez Ríos, veterinario que tiene a cargo una clínica de atención animal en Tampico, comentando que la cultura de la protección animal se debe promover como parte de la educación formal que reciben los niños en las escuelas.

Actualmente a pesar de tenerse ya aprobadas las leyes de protección animal en los municipios de Tampico y Madero, no existe una normativa de obligatoriedad legal que haga que se cumpla con las sanciones, quedando incluso la mitad de las multas aplicadas, en el caso de Tampico, sin que se cubran por los responsables.

A nivel nacional la asociación civil “Defensoría Animal” indicó que cerca de 500 mil perros y gatos son abandonados al año, mientras que cálculos de la asociación AnimaNaturalis, en el país mueren anualmente hasta 60 mil por maltrato, por lo que México ocupa el tercer lugar en maltrato de mascotas, siendo principalmente los perros los que sufren lesiones.

Estos vacíos en los reglamentos, afirma Carlos Méndez, “no permite crear una conciencia del respeto y puede ser contraproducente al ver que no se puede hacer responsables a quienes maltraten a los animales, por eso a la par de generar una norma hay que trabajar en la cultura del cuidado de los animales, como ya se hace con otros factores”.

De acuerdo a la regidora de la Comisión de Protección Animal en el ayuntamiento de Tampico, Cristina Franco Aldape, se está trabajando con el área jurídica del municipio sobre este particular, “para ver qué podemos hacer para que se obligue a cubrir esas faltas, porque no podemos obligarlos ni mucho menos meterlos a la cárcel”.

El médico veterinario, Méndez Ríos, indicó que los reglamentos de esta forma quedan solo en promesas hasta que se puedan hacer valer de forma responsable a los ciudadanos por sus agresiones contra la fauna y se hace urgente que se diseñe el esquema legal ante el crecimiento desorbitado del maltrato contra los animales que se vive en la zona.