Las bondades de la reforma energética tendrán que esperar por tiempo indefinido para las más de 70 empresas agrupadas en el Cluster de Energía, Gas y Petróleo (Cepegas) del Sur de Tamaulipas, pues a más de un año que se integraron en busca de contratos de trabajo y proveeduría nada ha llegado aún.
El presidente del Cepegas, José Luis Purata Martínez, señaló que los consorcios internacionales que ya han llegado a la entidad para explotar yacimientos de gas o de producción de energía renovable, ubicados principalmente en el norte, no tienen una fuerte influencia en la economía regional y la integración de las micro, pequeñas y medianas empresas tamaulipecas es muy pobre.
Factores como el proceso electoral y después la transición gubernamental influyen para el aplazamiento de los negocios o contratos de proveeduría esperados por los empresarios locales, que se han capacitado con miras a certificarse y lograr que la reforma energética del sexenio pasado permee hacia su economía, pero tal parece que eso tendrá que esperar, manifestó.
Dijo que otro condicionante es que la banca comercial e incluso de fomento estatal no tienen ningún acercamiento con los dueños de negocios de proveeduría o contratos de servicios que podría tener relaciones comerciales con las trasnacionales que ya invierte en Tamaulipas en la operación y construcción de parques eólicos.
En cuanto a los demás rubros como la explotación de petróleo o gas, la inyección de capital fluye muy lentamente y será más dinámica en la medida que el nuevo gobierno a través de la Secretaría de Energía difunda las políticas que seguirá la Federación en esa materia.
Es cierto que Tamaulipas es una de las entidades más beneficiada por la reforma energética en México con inversiones privadas por 52 mil millones de dólares en el mediano y largo plazos, en proyectos de gas, hidrocarburos y eólicos, pero el futuro es incierto todavía en cuanto a la cristalización de esos capitales nacionales y extranjeros.
Recordó que suman ya 27 bloques de hidrocarburos en aguas someras y profundas, que ya fueron asignados, pero aún no han arrancado y tampoco se siente la presencia de esos recursos en la entidad, ni mucho menos la generación de empleos.