Un 12 de agosto, pero de 1922, nace Joaquín Hernández Galicia en Tampico, conocido como "La Quina", líder por varias décadas del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Tres décadas han pasado de que el entonces presidente Salinas ordenó el “Quinazo”.
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MÁS DE 30 AÑOS DEL "QUINAZO"
Han pasado tres décadas de aquel 10 de enero de 1989 cuando el recién ascendido a presidente Carlos Salinas de Gortari, para legitimar su cuestionado triunfo, ordenó la detención del poderoso líder petrolero, en un enorme operativo militar desplazado en la calle San Luis Potosí de la colonia Unidad Nacional en Ciudad Madero.
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Su oposición a la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex), pero sobre todo el apoyo dado a Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano durante el proceso electoral, fueron los factores para detenerlo a él y a más de 30 allegados como Salvador Barragán Camacho, con todo un batallón militar, acusándolo de delitos nunca comprobados como homicidio calificado -de un ministerio público cuyo cadáver nunca estuvo en el lugar-, contrabando y acopio de armas, y resistencia a particulares, con una condena de 35 años de prisión.
La detención generó una convulsión nacional en el gremio petrolero que pretendía parar la producción petrolera, la cual fue aminorada con amenazas de despidos y la implantación de un nuevo liderazgo.
Llegó al poder Sebastián Guzmán Cabrera, quien fue sustituido cuatro años después por Carlos Antonio Romero Deschamps, el mismo que pese a diversas negativas de sectores al interior del sindicato sigue encabezando el gremio petrolero nacional.
Don Joaquín quedó libre en 1997 por orden de una juez, a cuya decisión se opuso el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y su secretario de Gobernación Emilio Chuayffet, así como Romero Deschamps quien se negaba a que "La Quina" regresara a Ciudad Madero.
RUINAS DEL IMPERIO "QUINISTA"
Envueltos por el olvido, ruinosos o convertidos en centros comerciales se encuentran los edificios que fueron erigidos durante los tiempos de poder de Joaquín Hernández Galicia.
Espacios que eran usados para recreación, esparcimiento, salud o ahorro de los petroleros hoy son enormes cascarones con paredes negruzcas abrasadas por el moho, la suciedad o rayadas de grafitis.
Tres décadas de indiferencia y un esfuerzo constante por hundir su recuerdo por parte de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana no han bastado para que el legado de “La Quina” sea extraído de la memoria colectiva.
LEGADO EDIFICADO, EN RUINAS
Hoy, en la zona sur de Tamaulipas el legado en edificios de esa época del quinismo está convertido en ruinas, en un afán no logrado de olvidar la época del extinto líder por parte del mismo sindicato que encabezó.
127 tiendas de consumo funcionaron en el país y tenían en su mayoría forma piramidal, ofrecían productos económicos y estaban abiertas al público en general
Construcciones como el Hospital Naturista y el Recreativo, ubicados a unos metros del Golfo de México, se desmoronan debido a la corrosión generada por la salinidad del mar y la falta de atención por parte de su propietario: el STPRM.
María Guadalupe Hernández Correa, hija de Joaquín, lamentó las condiciones en que se encuentra el legado de su padre, “son edificios que marcaron historia en la región, que se hicieron para el disfrute de los petroleros y sus familias y ahora están en esas condiciones”.
NATURISTA Y RECREATIVO
A unos metros del mar, asentadas sobre la arena, sobresalen las construcciones del hospital y el restaurante Naturista, así como el Recreativo. “El -hospital- Naturista era usado para tratamientos alternativos y su principal actividad era dar fisioterapia combinada con alimentación con base en soya”, dijo a El Sol de Tampico, Joaquín Hernández Correa, hijo de "La Quina".
Precisó que al igual que el restaurante Naturista, “mi padre lo hizo al notar que muchos petroleros padecían enfermedades crónico-degenerativas, en esos sitios se desintoxicaban”.
En el Recreativo había canchas de tenis, de básquet, beisbol e incluso un tren que daba recorridos entre lo que se conocía como parque Chapultepec, la playa y el Recreativo. Quienes no tenían coche llegaban a ese sitio en un autobús rojo que abordaban en la calle Allende, en el centro de Ciudad Madero, para hacer un largo recorrido hasta la playa. Hoy son sitios lúgubres, abandonados, usados para rituales, lienzos de grafiteros, encuentros de gotcha o donde han surgido leyendas urbanas de terror.
LAS TIENDAS PIRAMIDALES
Estaban también las tiendas de consumo, abiertas al público en general, las cuales en su mayoría estaban construidas en formas piramidales. Hernández Galicia tenía la creencia que había una energía suprema en estas formas, los mayas tenían mucho conocimiento superior, por ello las 127 tiendas de consumo que funcionaron en el país tenían en su mayoría forma piramidal, ofrecían productos económicos y estaban abiertas al público en general.
En el sur de Tamaulipas había además servicios funerarios, venta de materiales, fábrica de varilla, jaboneras y ranchos; estaban también las maquiladoras de ropa y calzado de la marca JHG de buena calidad que se hacían con material traído de León y era fabricado en donde hoy es la gasolinera 18 de Marzo, en la avenida Primero de Mayo.
Qué decir de lo que era la alberca olímpica en el bulevar Adolfo López Mateos y la calle Oaxaca; o Sociedad Civil en la avenida Tamaulipas, que congregaba a los contratistas de Pemex, ambas convertidas hoy en centros comerciales.
Fallecido el 11 de noviembre de 2013, Joaquín Hernández Galicia sigue siendo uno de los personajes más recordados en esta zona sur de Tamaulipas, cuyas vivencias y anécdotas siguen contándose por las calles de Ciudad Madero que él convirtió en la urbe petrolera nacional