Con una multitudinaria ceremonia eucarística en la Catedral de Tampico, cientos de personas entre familiares, amigos y ciudadanos en general, dieron el último adiós a Aída Nader Feres.
La misa fue celebrada a las 18:00 horas de este martes, de manera conjunta por los presbíteros Gustavo Solís y Edgar Castillo Méndez.
En el acto litúrgico estuvieron presentes los padres de Aída, el presidente municipal de Tampico, Jesús Nader Nasrallah y su esposa Aída Feres de Nader, además de su hermano Jesús, abuelos, tíos, primos, familiares y numerosos amigos.
Durante la homilía, el sacerdote recordó que la fe católica permite a los cristianos esperar la vida eterna después de la muerte.
"Les pido ver los gestos de amor, de afecto que rodean a Aída. Abrazamos a su familia, con la convicción de que estos gestos no queden sin efecto delante de Dios", expresó.
El sacerdote rememoró aspectos de la vida de Aída Nader de Hanun, quien falleció el domingo por la mañana en la ciudad de Monterrey, N.L., a los 33 años de edad. Era esposa de Abraham Hanun Safi y madre de tres pequeños: Abraham, Andrés y Aída.
"A partir de ahora, el camino espiritual de Aída está dirigido a ver a Dios cara a cara y desde aquí la acompañamos en esa alegría, sin perder de vista que la muerte es algo fuerte, pero en la presencia de Dios no hay dolor, tristeza, ni llanto", dijo.
La Catedral de Tampico lució grandes adornos de flores blancas y al pie del altar mayor fue colocada una enorme fotografía de Aída, con su característica sonrisa y una urna fúnebre con sus cenizas.
Afuera, decenas de personas, entre amigos, conocidos y ciudadanos en general, formaron un enorme contingente que siguió el desarrollo de la misa y esperó al final para ofrecer las condolencias a los padres de Aída, hermano, esposo, abuelitos y familiares.
En su mensaje, tras la lectura de un pasaje bíblico, el sacerdote pidió a los asistentes "hablarle a Dios de Aída, de su obediencia, de que supo reconocer que en la familia es en donde se alcanza la auténtica santidad, la espiritualidad, en donde se ama en extremo".
"Digámosle a Dios que ella supo vivir en vocación de esposa y madre, todos los días, con responsabilidad y amor".
En la misa también recordó que Aída Nader vivió intensamente la fraternidad, con su hermano; con sus padres, que la enseñaron a amar y la amaron al extremo.
"Ella fue siempre obediente, servicial, llena de luz, con fuertes convicciones y defendiendo su fe, haciendo valer lo que había aprendido de Dios a través de sus padres, de su familia", enfatizó.
Funcionarios estatales y municipales, empresarios, miembros de la clase política, personal del Ayuntamiento y de las empresas familiares, y ciudadanos en general, acompañaron a las familias Nader Feres, Hanun Nader, Nader Nasrallah y Feres Schekaibán.
Al final de la ceremonia, Jesús Nader, padre de Aída, dirigió un emotivo mensaje a los amigos, familiares y personas que se unieron en oraciones por la salud y el descanso eterno del alma de Aída, con quien hicieron el compromiso de cuidar y velar por el futuro y bienestar de sus pequeños nietos.
"A nombre de mi fuerte e inseparable esposa Aída, agradezco a todos su presencia y muestras de afecto y solidaridad", dijo el presidente municipal, evidentemente conmovido.
Después de las palabras de su padre, durante aproximadamente un minuto de aplausos espontáneos, los cientos de asistentes se despidieron de Aída.
Durante más de una hora, las personas que acudieron a la celebración eucarística en la Catedral de Tampico permanecieron en el sitio ofreciendo sus condolencias a la familia de Aída Nader Feres.