La salud mental es un tema que se debe atender con prontitud, máxime en condiciones económicas, emocionales y de salud que actualmente experimentamos por la pandemia de Covid-19 que sigue presente en el mundo, arrastrándonos a diversos trastornos, poniendo en riesgo nuestra estabilidad.
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Expertos consideran que los problemas psicosociales asociados al coronavirus y sus variantes persistirán aún después de que esta haya pasado, del que hasta el momento no se ha cuantificado el impacto a nivel regional y mucho menos mundial.
El psicólogo clínico, Alejandro Ramírez Padilla, precisó que según un estudio que analizó el impacto de Covid-19 en el bienestar emocional de la población adulta, los mexicanos se sienten tres veces más tristes, casi cuatro veces más preocupados y 20% más solos, comparando los datos de marzo de 2020, cuando se detectaron los primeros casos de la enfermedad en el país, con el mismo mes de 2019.
En todo el mundo, artículos científicos publicados entre febrero y abril describen que depresión, estrés, ansiedad, insomnio, ataques de pánico, ira y miedo exacerbado son algunos trastornos derivados del aislamiento prolongado por las actuales condiciones sanitarias.
A esta medida impulsada por los gobiernos para disminuir la pandemia, también se suma el aumento de muertes cercanas, la incertidumbre y la amenaza de un virus desconocido. Ante este escenario, en América Latina surgen iniciativas para atender la salud mental de diferentes públicos.
UN HORIZONTE TRISTE
El horizonte de la pandemia es de tristeza, pues es la forma en que se expresa lo que valoramos en situaciones de pérdida -empleo, alimentación, educación, inclusive pérdidas humanas de conocidos, amigos o familiares.
La percepción es que este virus nos ha generado la pérdida además de seres queridos, de la vida conocida, la libertad, de acudir a la escuela, al parque, al trabajo o del mismo poder adquisitivo, que son sin duda remanentes de esta pandemia que golpea al mundo.
Al momento de la encuesta ya se habían suspendido las clases, los espectáculos públicos y el gobierno había recomendado aislamiento voluntario y/o confinamiento.
Según el estudio, el porcentaje de personas que decían estar estresadas pasó de 26 a 46% y la sensación de tranquilidad descendió desde 57 a 32%, “esta situación constituye un problema de salud pública a nivel mundial, no obstante en la lucha contra esta subpandemia nos hemos sumado muchos especialistas para su abordaje y atención primaria de forma virtual a través de una plataforma de Salud Mental- UNAM y Línea de la Vida”.
El combate para mitigar los estragos continuará día a día hasta lograr contener al máximo esta subpandemia de trastornos psicológicos que tanto han afectado a la sociedad desde que comenzó la pandemia del Covid-19.