El ataque de un tiburón cerca de Playa Miramar fue insólito. En 1924, una afamada artista del teatro musical, originaría de Cuba, que viajaba a Tampico fue la víctima mortal de este suceso que conmocionó no solo al gremio artístico de entonces, sino al mundo entero, al esparcirse la noticia por los periódicos más importantes de la época.
A principios de los años de 1920, la playa, entonces todavía de Tampico, ya era una zona para el recreo a donde acudían familias, sobre todos los fines de semana, pues se había hecho un acceso para la construcción de las escolleras que era utilizado para llegar a la costa, ya sea caminando desde la estación de tren de la barra o en automóvil.
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El escalofriante suceso ocurrió un 25 de noviembre de 1924, cuando a bordo del vapor de hélice (S.S.) Esperanza, la cantante de revistas musicales Ofelia Rivas, llegaba a la costa tamaulipeca "en compañía de un familiar", según relata la crónica de "La Voz de Madrid", uno de los periódicos que recogió el terrible suceso ocurrido en Tampico.
Se enfrentan a una tormenta cerca de la costa de Tamaulipas
La cantante había abordado en los muelles de La Habana el vapor de la compañía Ward Line y el primer puerto de destino era Tampico, no se sabe si la actriz desembarcaría en este puerto. El barco tenía un cupo de 86 pasajeros en primera clase, 60 en segunda y 48 en tercera y se construyo en 1900.
En la crónica de la época se menciona que la embarcación tuvo que enfrentar una tormenta a pocos kilómetros antes de llegar a Tampico y gracias a la pericia del capitán se pudo llegar cerca de la escollera del puerto, sin embargo, no pudo evitar que los vientos arrastraran la nave a una zona rocosa donde encalló.
Este fue el anuncio de la tragedia que se avecinaba, pues aunque no se registraron personas lesionadas, el capitán tuvo que solicitar ayuda para la evacuación del barco, que empezó hacer agua, por lo que todos los pasajeros fueron llamados a cubierta a esperar el rescate y fue ahí cuando sobrevino el drama.
Un sombrero detonó la inesperada tragedia
En la nota de La Voz de Madrid, fechada en Nueva York el 2 de enero de 1925 se menciona que "un telegrama recibido de Tampico amplía detalles de la espantosa muerte de la notable actriz cubana Ofelia Rivas. La infortunada artista fue devorada por un tiburón el 25 del pasado mes de noviembre frente a la costa"
Añade la nota periodística que "los testigos presenciales del horrible suceso refieren lo ocurrido del modo que sigue: Ofelia Rivas viajaba a bordo del hermoso paquebote Esperanza acompañada de una persona de su familia.
Apoyábase sobre la borda, contemplando el crepúsculo, cuando una ligera ráfaga de aire hizo que volase el sombrero de hule que llevaba puesto".
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"Ofelia Rivas intentó asir la mencionada prenda, y al hacer un movimiento violento cedió el cuerpo y cayó al agua sin que nadie pudiese acudir en su socorro, por la rapidez con que ocurrió el accidente, que presenciaron varios pasajeros y tripulantes del buque", se agrega en la información.
"Encuentran partes de la actriz en las entrañas del monstruo": La Voz de Madrid
“Dicen todas estas personas que al caer en las olas, pudo perfectamente apreciarse que la desgraciada luchaba de un modo desesperado contra un enemigo invisible; fue una escena rapidísima y de enorme intensidad dramática. Ofelia Rivas gritaba enloquecida de espanto", se expone en la información.
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"De pronto se hundió en las aguas revueltas, y aunque se intentaron toda clase de auxilios y se echaron al agua varias canoas automóviles y numerosos salvavidas, los marinos diéronse cuenta en seguida de que la artista había sido devorada por un tiburón que venía siguiendo al barco", se menciona en la información.
“Parece que los que intentaron el salvamento de Ofelia Rivas estuvieron también a punto de ser víctimas de la voracidad del monstruo, y que fue igualmente una escena muy dramática la de poner en salvo a los humanitarios marineros que se lanzaron al mar", se apunta.
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“El telegrama de Tampico agrega después que, pasadas tres semanas, unos pescadores, con un gran arpón dieron caza a un gigantesco tiburón que estaba por aquellas aguas, y cuando lo arrastraron a tierra y lo despedazaron hubieron de apreciar con espanto que en el estómago del monstruo estaban las alhajas que llevaba la señora Rivas y el sombrero, el cual era de hule negro”, concluye la información.