Entre lágrimas, abrazos, eufóricos gritos, incontenible emoción y al son del Cielito Lindo fue como este sábado fue recibido por seis de once hermanos, tres tíos y catorce sobrinos, José Ángel Maldonado, a quien su familia no veía desde hace 23 años.
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El tampiqueño partió como indocumentado, en búsqueda del sueño americano, a Estados Unidos, tras concluir sus estudios de bachillerato, teniendo tan sólo 17 años de edad, fue acogido en Houston en donde comenzó a trabajar en la construcción y tras las inundaciones que sufrieron residentes de Nueva Orleans, se trasladó a dicha ciudad en Luisiana para ayudar en los daños.
Uno de sus jefes le ofreció una gran oportunidad de trabajo en Puerto Rico al estar trabajando en Nueva Orleans, la que aceptó sin imaginar que su vida cambiaría con esta decisión, en la isla conoció a Luz Merced Vega con quien sostuvo una relación de nueve años y hace cinco años contrajo matrimonio, añorando al que considera su hogar, México, José Ángel comenzó los tramites de residencia apoyando de manera incondicional por su esposa.
Fue hasta este viernes 4 de octubre, 23 años después de que llegó a Estados Unidos, cuando logró obtener los papeles de residencia, lo que le brindó la oportunidad de regresar a casa y reencontrarse con sus padres Don José Maldonado Rodríguez y Doña Martha Ortíz Ruíz, conocer a la menor de sus hermanas, Fátima, así como a sus sobrinos, cuñados y familia política, con quienes únicamente establecía contacto a través de las redes sociales.
“Bien contento, es mucha alegría, fueron 23 años, ya están todas mis hermanas con hijos, por primera ves conozco a mi hermana menor, gracias a Dios podré ir de aquí a Puerto Rico y regresar a ver a mi familia” comentó.
Por su parte las hermanas Belén, Flor, Lorena, Fátima, Lupe, Raquel y Arely, que fueron a recibirlo, expresaron sentirse agradecidas con las autoridades de Estados Unidos y con las de México, por otorgarle la residencia y haber hecho, lo que creían un sueño una realidad.
“Esto es un sueño, es una bendición, una felicidad que no tiene ni palabras, toda la familia estuvimos en oración cuando decidió hacer los trámites para la residencia, era un arriesgue, como le decían que sí, también podían negarsela y ahora estamos agradecidos todos con Dios, por que él está con nosotros, por que podemos volver a verlo y que su residencia se haya logrado, agradecidos con Dios, con las autoridades”.
Expresó que uno de las cosas que hará en Tampico, es asistir a la Iglesia Catedral para “agradecer a quien me haya hecho el milagro de haber regresado” y posteriormente tendrá una reunión con su familia, esperando volver a comer el típico mole mexicano, ya que durante las más de dos décadas lo que más extraño de su nación, fue la gastronomía, así lo expresó en entrevista.
El reencuentro con sus seres amados, fue un momento anhelado por él, el volver a ver lo que es su México y su Tampico Hermoso, aunque dijo estará tan solo cuatro días y prometió regresar cada tres meses, ahora que ya cuenta con su documentación.
Lo único que lamenta es no haberse despedido de su abuelito Don José quien falleció en el mes de enero, pero se muestra entusiasta al poder volver a ver a su amada abuelita Doña Isabel Ruíz quien tiene 86 años de vida.
La familia dio voz a la melodía “Tampico Hermoso” al salir del Aeropuerto Internacional de Tampico “Francisco Javier Mina”, posteriormente, Luz y José, se tomaron una fotografía del recuerdo en las letras monumentales de “Yo amo a Tampico”, para conservar este momento tan especial de su reencuentro con su país.