Estaba concluyendo la Primera Guerra Mundial y un nuevo invento se hacía popular en la élite tampiqueña, Cipriano Sagahón en su negocio de instrumentos y equipos musicales empezó a probar un aparato nuevo, sin saberlo, aquella primavera de 1920 iniciaba en el puerto una nueva época y en México nacía una industria destinada a transformar la manera de conectar a las personas.
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Gracias a la delirante industria petrolera que daba lugar a una favorable circunstancia económica, llegaban a la ciudad ideas revolucionarias, pero ninguna iba a ser tan sorprendente como la que se gestó en el segundo piso de aquel almacén a la orilla del río y que llenaba el aire del puerto de una nueva sensación.
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“Joaquín Philip Meade y Sáinz Trápaga hace tres tomos de “La Huasteca Tamaulipeca”, a través del Instituto de Investigaciones Históricas de la UAT, es en uno de esos libros donde expone la historia de la radio en Tampico y nos comenta que la primera emisión de radio es la CYQ, en 1920, es decir, un año antes que en las ciudades de México y Monterrey, formándose en 1921 la Liga Nacional de Radio”.
Baldemar Mijangos Arredondo, comunicólogo e investigador con más de 25 años en medios informativos, comenta que “de acuerdo a los datos la primera emisora experimental en Estados Unidos, emitió señal entre 1914 y 1916, en 1919 la KDK, que transmitía desde Pittsburgh, Pensilvania, se convierte en la primera estación comercial de radio en el mundo”.
“Es decir, que en promedio de 1908 a 1919 ya había aparatos de radio fabricados”, añade el especialista. “Había mucha experimentación en el mundo con la radiodifusión, existen receptores y transmisores; Tampico únicamente lo que hace es subirse a esa ola tecnológica y logra una emisión experimental en 1920, promoviendo así la nueva inversión”.
“Vamos a ponerlo así, habría 2 influencias muy importante para la zona industrial de Tampico, primero, sí, se trata de una innovación europea que llega a nosotros rápidamente porque tuvimos un momento económico irrepetible, el auge petrolero hace converger empresas de Europa, Medio Oriente y Estados Unidos”, expone.
Y cuando la mayor parte de la república era rural, agrega, “Tampico tiene un desarrollo industrial enorme, lo que hace que ese tipo de tecnologías innovadoras, pues era lo más nuevo del mundo, llegue a la zona y los negocios que empiezan a manejarla y comercializar son los de aparatos musicales, como lo era la Casa Sagahón, también con un objetivo de vender los receptores”.
“Lo primero que empieza a transmitirse desde este negocio es la música de una pianola y más adelante se genera la atracción de grupos de jazz que llegaban al puerto y se daban un momento para tocar y ser transmitidos desde la CYQ, estábamos en el desarrollo tecnológico de un componente cultural del primer mundo”, indica.
Incluso en El Radio Service Bulletin, que se edita en Estados Unidos, en 1922 ya registra a la Cipriano Sagaon S. n C. con una licencia la “CYQ” y de acuerdo a esta misma publicación para 1927 ya había 16 emisiones experimentales en todo México, la mitad en la capital del país y una más, la CYZ de Manuel Guzmán Willis, en el puerto jaibo.
La CYQ tenía en sus primeros momentos una longitud de onda de 322 metros con 100 watts (930 kilociclos) de poder y le dieron la frecuencia 932 Khz el 31 de enero de 1927. Tres años después -en 1930- nace la radio comercial en el puerto con la XES, ya había empezado en la capital del país y en Tampico comienza a gestarse la era de las estaciones radiales.
“La XES se instala en el hotel Inglaterra, donde también estuvo el Hogar Eléctrico, ya las estaciones tenían entonces una concesión para transmitir y van surgiendo la XCM, que estuvo por la calle Emilio Carranza; la XEFW, en la calle Francisco I, Madero; y la XECA sobre la calle César López de Lara con los estudios más modernos de Tampico.
"Un río de oro inundó las calles de Tampico y había tanto dinero que se podrían pavimentar con monedas de oro y plata", señalan Manuel Torrea e Ignacio Fuentes en "Tampico. Apuntes para su Historia". Bajo esa sinfonía el puerto fue pionero de muchas de las industrias que se instalaron en México, pero ninguna como la melodía que forjó los días de radio.