Huir de la crisis política y humanitaria que se vive en Haití es la última apuesta de vida. No importa atravesar diez países, caminar por más de cinco días en la selva, ni exponerse a ser atacado por un felino que desintegre a la familia. Así es la historia de cientos de haitianos, tal como le sucedió a Junior Theragene, que dejó atrás su país natal para llegar a los Estados Unidos y encontrar una mejor calidad de vida.
Acompañado de su madre, hija y esposa con cinco meses de embarazo, Junior llegó hace unos días al puerto de Tampico. Caminaba sin rumbo fijo pero con la ilusión de encontrar una vida mejor; pasar la frontera México-Estados Unidos lo ilusionaba.
Cuando llegaron a Tampico, el sol y el bochorno los derrotó momentáneamente. Decidieron tomar un descanso, allí, las cocineras de una pequeña fonda ubicada en un lavadero de autos les ofrecieron café y alimento.
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JUNIOR NO DUDÓ EN PEDIR UN EMPLEO
A pesar de hablar muy poco español, Junior no perdió la oportunidad de solicitar trabajo lavando coches. Al entrevistarse con el encargado, este le preguntó si sabía del oficio, a lo que Junior respondió: “poco, pero puedo aprender”. Su actitud y ganas de trabajar le valieron aprender rápidamente a limpiar y pulir coches; en un buen día llega a lavar hasta 13 unidades.
"Sabemos que ellos han sufrido mucho para llegar aquí y cuando Junior pidió una oportunidad de trabajar se la dimos sin pensarlo. Él, como todos, tiene derecho a salir adelante; aquí le enseñamos bien a lavar los carros. Y la verdad es muy trabajador, les pagamos el 40% de comisión por carro lavado, entran a las ocho de la mañana y salen a las tres, pero él siempre se quiere ir hasta las ocho de la noche porque sabe que entre más trabaje más dinero gana”, dijo el administrador del local, José Luis Aguilar.
TAMPICO A CAMBIO DEL SUEÑO AMERICANO
“Mi sueño es quedarme aquí en Tampico, poder trabajar para darle una vida mejor a mi familia, pero es muy duro, no alcanza; ahorita estoy pagando una renta de 3 mil 300 pesos y a parte la comida”, explicó el extranjero a EL SOL DE TAMPICO, quien en ningún momento dejó de lavar autos mientras hablaba. “No quiero perder tiempo, tengo que ganar dinero”, dijo.
A Junior no se le acabaron las preocupaciones, pero al menos comenzó a mejorar su vida diaria, ya tiene qué comer y dónde dormir, sin miedo de que atraquen o maten a su familia.
Ahora su única y máxima inquietud es la salud de su madre, que es una persona mayor. También el bienestar de su esposa, debido a que se encuentra embarazada y la falta de papeles migratorios no le permite llevarla a un hospital para que sea debidamente atendida, por lo que solicita el apoyo de las autoridades, para que ambas mujeres puedan ser recibidas por alguna institución de salud.
SE GANÓ EL CARIÑO Y ADMIRACIÓN DE LOS COMPAÑEROS
Junior, “El Haitiano”, como es ahora conocido por sus compañeros, se ha ganado el respeto y admiración, pues aseguran “es muy trabajador y tiene muchas ganas de salir adelante; desde el primer día que llegó se le vieron las ganas de trabajar. Cuando llegó de Haití, decía que su sueño era ir a Estados Unidos, pero ahorita ya tiene ganas de quedarse aquí, porque ha encontrado una oportunidad de vida aquí en Tampico", comentó Kevin, también lavador de coches.
Dijo que a Junior le entienden poco por el tema del idioma, pero aseguró que se lleva muy bien con todos y lo han adoptado como uno más de la familia.
La desigualdad en Haití, uno de los países más pobres del mundo, la falta de oportunidades, catástrofes naturales, crisis humanitarias, y el reciente asesinato de su presidente Jovenel Moïse, son factores que seguirán provocando la migración de miles de haitianos, quienes buscan una mejor calidad de vida, ya sea en Estados Unidos o en México.
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