Tamaulipas se convierte en el sexto estado del país en qué la fe de los católicos parece no tener límites y qué mejor ejemplo que el "Cristo crucificado vivo” de cinco metros de alto y varias toneladas, que se encuentra en una parroquia de la zona norte de Tampico.
En una platica amena con EL SOL DE TAMPICO, el párroco, Jesús Manuel Pérez Torres, mejor conocido como “Padre Chucho”, dijo que desde su llegada a la iglesia San Agustín, vio con alegría la participación de los fieles en las eucaristías.
Mencionó que por tal motivo, se dio a la tarea de brindar un recinto de fe adecuado para quienes acudían a escuchar la palabra de Dios, y la mejor manera de hacerlo fue con la ayuda de los integrantes de la comunidad quienes se dieron a la tarea de participar en las diferentes actividades.
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Comentó que esto permitió terminar el proyecto de la nueva parroquia en donde sobresale la cruz iluminada al centro de la fachada principal, pero no conforme con ello en su interior se alza la figura de cinco metros de alto y varias toneladas del “Cristo crucificado vivo”, al cual le brindan sus peticiones.
“Es una gran comunidad, pues quise que se vea grande, y la idea que fuera única, más en una parroquia en donde la fe de los católicos se desborda en cada eucaristía”, dijo.
Te decimos porque los ojos abiertos
Explicó que a diferencia de otras imágenes religiosas que podrían tener el mismo tamaño o superior, esta es una representación de Cristo con los ojos abiertos y sin las heridas visibles de la lanza en el costado.
“Esta imagen enfatiza la vida y la divinidad de Cristo incluso en el momento de la crucifixión, destacando su poder sobre la muerte y su sacrificio voluntario por la salvación de la humanidad”, indicó.
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Agregó que a diferencia de las imágenes del "Cristo muerto", que lo muestran con los ojos cerrados y las heridas claramente visibles, el "Cristo crucificado vivo" busca transmitir un mensaje de esperanza y resurrección, sugiriendo que Jesús, aunque crucificado, sigue siendo el vencedor sobre el sufrimiento y la muerte.
Destacó que esta obra de arte religiosa fue solicitada a los artesanos del estado de Toluca, quienes después de concluir utilizando material de fibra de vidrio, requirieron dos camiones para poder transportarla desde ese punto hasta su actual morada en la iglesia San Agustín ubicada en la colonia Jesús Elías Piña de Tampico, hasta donde llegan los católicos a orar.
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“Los artesanos que vivían en Toluca, ocuparon dos camiones, ya que tiene una altura de cinco metros y pesaba varias toneladas por el material de fibra de vidrio que se utilizó para su elaboración”, dijo.
Hay otras más grandes
En México, hay varias localidades con imágenes o figuras de Cristos vivos que destacan por su gran tamaño y significado cultural. Algunos de los más notables son:
- Cristo Rey del Cubilete (Silao, Guanajuato): Ubicado en el Cerro del Cubilete, esta monumental escultura mide 20 metros de altura y es uno de los santuarios católicos más importantes del país.
- Cristo Roto (San José de Gracia, Aguascalientes): Esta escultura mide 28 metros de altura y se encuentra en una isla en la presa Calles.
- Cristo de las Noas (Torreón, Coahuila): Con una altura de 21.80 metros, es una de las estatuas de Cristo más grandes de Latinoamérica.
- Cristo Rey de Tijuana (Tijuana, Baja California): Esta imagen mide 28 metros y se encuentra en el Cerro Colorado, es visible desde varios puntos de la ciudad.
- Cristo Rey de Izamal (Izamal, Yucatán): Aunque no es tan grande como los anteriores, esta se encuentra en el convento de San Antonio de Padua.
Estas figuras suelen ser puntos de peregrinación y tienen un fuerte significado religioso y cultural en sus respectivas localidades, por lo que no se descarta que el "Cristo crucificado vivo” de una parroquia de la zona norte de Tampico, Tamaulipas, se convierta en el imán para estas muestras de fe católica.