La invasión marina a la red de suministro en Tampico y Altamira triplicó los consumos de agua purificada, encareció hasta el 30% el precio del garrafón y ha puesto en riesgo la operatividad de la industria por los daños al equipo y maquinaria.
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El sector está atravesado un momento muy complejo por la alta salinidad del agua que está llegando del sistema Chairel, pues duplicó los costos de purificación y algunos negocios han preferido cerrar por el riesgo de daños en los equipos, señaló Luis Ángel Olivo de la purificadora Mía.
"No sabemos cuánto tiempo durará está situación, pero ha trastocado a la industria y afectado los bolsillos de los consumidores", aseveró.
Desde la semana pasada los precios han incrementado en tres y cuatro pesos, promedio por botellón y en el caso de rellenables pasaron de 8 hasta 12 pesos y a domicilio de 15 a 18 pesos.
Esto también se debe a que las empresas incrementaron sus costos de operación, ya que es necesaria la doble purificación y el uso adicional de químicos para mejorar el sabor del agua.
"Si bien esta es una temporada alta, la gente está consumiendo más agua purificada y las compras pasaron de tres garrafones por semanas a 6 u 8 por familia", añadió.
En esta lo localidad existen alrededor de 70 plantas y se ha registrado el cierre de algunas por el riesgo de descomposturas en los equipos por el alto grado de salinidad del agua bombeada por Comapa.