Con la pérdida de 12,657 puestos de trabajo, Tamaulipas se situó entre los cinco estados con mayor desocupación entre el 13 de marzo hasta el 6 de abril, lo que deja a igual número de familias indefensas, sin prestaciones sociales y servicio médico institucional en un contexto sumamente crítico de salud pública por la masificación de contagios del virus por el Covid-19.
En tres semanas, esta entidad federativa perdió casi la mitad de los empleos ganados a lo largo del año pasado, resultado de la negativa de los gobiernos estatal y federal de crear fondos de contención para amortiguar el impacto negativo por la paralización económica que afronta el país y gran parte del mundo, aseguró el director Abraham Padrón Rodríguez director de Fecanaco.
El Instituto Mexicano del Seguro Social cuenta con un padrón 33 mil empleadores y de esos entre el 7 y 10 por ciento disminuyo su plantilla laboral porque carece de liquidez para pagar su permanencia en este periodo de cierres obligatorios de negocios y aislamiento social, apuntó.
El presidente Andrés Manuel Lopez Obrador en su conferencia mañanera del miércoles, dio a conocer la pérdida total nacional de 346,878 puestos de trabajo por la emergencia sanitaria mayor, de los cuales cinco 23, 465 son de Nuevo León, 12,657, 11,597 son de Coahuila, 12,657 de Tamaulipas, 11,117 de Baja California y 10.164 de Sonora,
“No se vale que el presidente nos haya puesto (a los empresarios) como destructores del empleo, si algo cuidan los empleadores es la mano de obra calificada, porque es difícil conseguirla” manifestó el director de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio en esta entidad.
“Es grave que en estos momentos, tan difíciles, ese número de trabajadores, -creciente para las próximas semanas- quede sin empleo, sin servicios médicos del IMSS y que pasara si resultan sospechosos o enfermos por contagio de virus Covid-19, a donde van a ir, solo aumentaran la carga para los servicios hospitalarios del estado o del INSABI, que quien sabe dónde está.
Criticó la negativa de la federación y del propio gobierno del estado, de apalancar a las empresas micro y pequeñas que aportan el 80% del empleo formal, de negarse a diferir el cobro de contribuciones y conformar un fondo de contingencia especial con el impuesto sobre nómina para salvar de la ruina económica a miles de empresas.
Anticipó un futuro catastrófico para la cadena productiva de la entidad, si permanece la resistencia gubernamental de crear esquemas de choque y proteger a las mypimes y empleo formal.