La educación en línea impuesta por la pandemia del Covid-19, representa un retraso en el desarrollo, integración social y académica, de aquellos menores con trastornos del espectro autista y discapacidad intelectual, quienes con éxito se habían podido integrar a escuelas regulares en donde se abre más la brecha de las clases sociales.
Suscríbete a la edición digital de El Sol de Tampico aquí
Por lo que luego de un año de llevar las clases al modo virtual, se estima que en la zona sur al menos el 25% de estos estudiantes, han tenido que abandonar las escuelas, el principal motivo es la hipervisualidad de las redes sociales y que a través de estas no se logra consolidar una rutina.
“El aprendizaje es únicamente vía visual, eso genera que únicamente se esté estimulando la parte del cerebro visual y la cognitiva, pero estamos dejando el aspecto social y el contacto humano. Además, a veces las escuelas dan clases una hora o todo el día, esto no permite al cerebro la parte organizacional, esto es lo que ha generado que abandonen la escuela”.
Lo anterior fue señalado por la directora del Centro de Neurodesarrollo y Apoyo a la Familia (Cenyaf) de Tampico, Silvia Eunice García, explicando que el cerebro es un órgano social que madura por grupos neuronales, en el que se encuentran el del lenguaje, visual, sensorial, organizacional, que en conjunto se deben de estimular, lo que se logra en un 100% en una clase presencial pero no se alcanza ni al 50% en una virtual.
La psicóloga con 25 años de trayectoria, dijo que si bien “no tenemos todavía la incidencia de como va a impactar, sabemos que va a generar retrasos en el desarrollo, cognitivos y sensoriales, también en aspectos que ya estaban a la par, neuronales, que ya se había logrado estimular, justamente, se está haciendo ya trabajo de investigación sobre esto a nivel mundial, para saber cual será el impacto”.
Explicó que un niño con estas condiciones requiere estimulación continua para poder adaptarlos al sistema virtual, lo que muchos padres no pueden costear por falta de recursos y tiempo, ya que ambos en el hogar laboran.
Mientras que hay otras familias con mayor solvencia que pueden hasta contratar personal para cubrir estas necesidades, por lo que dijo “se verá más los estragos en el sentido de la productividad cognitiva”.
Señalando que si para un niño regular es difícil sentarse frente al monitor y dar seguimiento a las clases – en los que además se ha dicho que no están aprendiendo el contenido- para un menor con estas cualidades, es todo un reto, ya que ejemplificando con el espectro autista, no logran mantener fija la vista, por lo que las clases virtuales generarán un inevitable retraso en su desarrollo.
Finalmente reconoció que este nuevo método educativo traerá cambios en el proceso de neurodesarrollo requiriendo de una sobreestimulación, para la que no se está preparados en la actualidad en donde aun se lucha por la integración social.