El diagnóstico de cáncer en el cerebro que le fue detectado a su señora madre en el mes de mayo del presente año, cambió en un instante la vida de la maestra activa en educación física en la escuela Cinco de Febrero, Karla América Ríos del Angel, quien atraviesa además de problemas económicos y emocionales, la falta de apoyo por parte de las autoridades educativas que de manera insensible no entienden que ella es el único sostén de la paciente.
Buscando ayuda y al borde de la desesperación, acudió a nuestra Redacción y nos narró que su mamá, maestra jubilada de 77 años de edad, fue operada por medios particulares y de manera complementaria a la cirugía le recetaron 30 quimio y radioterapias, de las cuales dentro de su tratamiento en el Seguro Social solo recibió 22 debido a que comenzó a padecer convulsiones y le fueron suspendidas.
Al ser la única familiar de la enferma se vio en la necesidad de estar con ella prácticamente de tiempo completo, recibiendo apoyo de su coordinador para solo acudir a firmar, ayuda que al regresar de vacaciones cortó la directora del plantel, quien se inconformó con el supervisor de zona, Amelio Oliva Argüelles.
Este último y la directora se reunieron en privado sin permitir que estuviera presente la maestra Karla América Ríos, y al salir el profesor Amelio le indicó que desde la dirección no la querían apoyar en el presente ciclo, que lo mejor era que se fuera, sin que existiera queja de su desempeño laboral.
En ese momento el supervisor le dijo que la ubicaría en otra escuela, pero horas después le indicó que la iba a liberar de la supervisión, es decir entregarle sus documentos para que ella buscara dónde integrarse, siendo que cuenta con 20 años de servicio.
Con lágrimas en los ojos nos detalla que su necesidad es apremiantre y considera injusta esta determinación, considerando que la “nueva escuela mexicana” que tratan de inculcarles en los consejos escolares habla de la humanidad, algo que no practican con su mamá que también fue maestra.
Dijo que ha acudido a todas las instancias sin encontrar eco en sus palabras, detallando que su mamá no habla, no escucha ni abre los ojos mientras el tumor sigue creciendo, y por ello apeló a la razón del profesor Rigoberto Guevara, dirigente de la Sección 30 en Tamaulipas.
“Mi situación económica es precaria, tengo 16 horas de educación física y junto a la pensión de mi madre es insuficiente para medicamentos y otros artículos de primera necesidad, es muy desgastante además en lo emocional y lo laboral”, dijo antes de retirarse, esperando que a través de este medio hagan eco sus palabras.