Comercios de tradición siguen cerrado en este puerto y en la primera mitad de este año quebraron definitivamente otros 400 establecimientos, por las secuelas de la contingencia sanitaria, la espiral inflacionaria y la exigua recuperación de las ventas.
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La nueva oleada de coronavirus no da tregua a la actividad comercial y es probable que entre este mes y septiembre desaparezcan otros 70 negocios en esta ciudad, porque el consumo sigue cayendo, advirtió José Eduardo Hernández Cabrera ex presidente de la Asociación Regional de Comerciantes e Industriales Mexicanos.
OTROS 1,500 EMPLEOS MENOS
Dijo que el periodo vacacional de verano también es muy bajo en ventas para la mayoría de los negocios locales, con excepción de hoteles y restaurantes, por lo que el resto seguirá disminuyendo su plantilla de personal y en este año se dejen de contratar alrededor de 1,500 trabajadores en la actividad comercial.
“Hemos visto en el centro historia el cierre de tiendas tradicionales, en especial de ropa y zapatos, que e bajan cortinas, ahogadas por los gastos de operación, el encarecimiento de mercancías y la consecuente inflación”,
Aseguró que los comercios también resienten la espiral inflacionaria, pues en un mes el costo de sus productos subieron entre 10 y15% no pueden trasladarlo a sus clientes, porque estos escasean y solo acuden los días de quincena.
René Vázquez Diosdado coordinador zona sur de la Federación Estatal de Cámaras de Comercio lamentó la falta de empatía del gobierno hacia el complejo contexto que afronta la micro y pequeña empresa, que dejo de tener capacidad de sobrevivencia ante el alargamiento de la pandemia por Covid 19.
A esta factor, se ha sumado la inflación que ya supera el 6.3% anual, lo que incide en ajustes en rentas de locales e inventarios, obligando al cierre de establecimientos de mucha tradición o que han sido heredados de hasta tres generaciones, apuntó.
El gremio empresarial lanza un grito de auxilio para que el gobierno federal y la administración estatal implementen medidas como la disponibilidad de suficientes créditos de tasas bajas y disminuciones de impuestos y frenar el cierre de negocios.
Vázquez manifestó que las familias cada vez tienen menor capacidad de compra, lo que se refleja en una debilitada economía, incapaz de recuperar empleo y facilitar nueva inversión productiva.
