A seis semanas de que comience la temporada de huracanes, el señor Lorenzo Sosa Cisneros, habitante de la colonia Pescadores no teme, pues de sus 63 años de su existencia, 55 ha sorteado los embates de la naturaleza en su vivienda en la ribera de la Laguna del Chairel.
Rodeada de la abundante naturaleza, pero invadida por basura y descargas de aguas negras, la casa del pescador está segura, dice, de las inundaciones y su familia acostumbrada a la amenaza cada año de los fenómenos meteorológicos.
"Ya hemos vivido muchas anegaciones y aunque en los últimos años el agua ya no sube tanto, pues no hemos tenido fenómenos muy grandes, la familia se prepara desde temprano guardando documentos y pertenencias".
El peligro es para cientos o miles de familias que habitan las colonias Pescadores, Sauce y Sembradores de la Amistad, quienes ya han aprendido a sortear el enojo de la naturaleza, pero a este se añade al deterioro de la laguna, con rellenos y las acumulaciones de basura, explicó.
Algunas veces recibimos las visitas de autoridades que nos orientan sobre cómo defendernos de las inundaciones, pero por los muchos años radicados en ambas márgenes, hemos aprendido a asegurar nuestras casas y a cuidar a las familias, puntualizó el pescador.