La fuerza de los vientos del huracán “Hilda” fueron de talmagnitud que generaron que el buque-tanque “Cerro Azul” fueradesprendido de sus amarras y lanzado como barco de papel contra lasescolleras de la desembocadura del río Pánuco, en playaMiramar.
El petrolero permanecía atracado en el muelle de “MainDepot” de donde fue arrancado con todo y las bitas de amarre,lanzándolo primero contra un carguero griego para terminar varadoen la rivera sur del Pánuco, del lado de Pueblo Viejo.
Al pasar el ojo del huracán por la zona, los vientos delmonstruoso fenómeno cambiaron y el “Cerro Azul”, que no teníacalderas, timón ni ancla por estar en reparación, fue impulsadopara colisionar contra la escollera norte, del lado deTamaulipas.
El golpe generó vías de agua en los tanques número 2, 3 y 7,en popa, cuarto de bombas y cuarto de doble fondo, sin que sus 36marineros de tripulación y el capitán Gilberto Gilbeo SalasBejarano pudieran hacer algo por evitar la desgracia.
El viernes 30 de septiembre y como parte del seguimiento quedesde entonces hace El Sol de Tampico a la información, se daba aconocer la nota: “Se fue a pique el barco - tanque “CerroAzul”.
En una crónica perfecta de la pluma del periodista de El Sol deTampico, Juan José Maldonado, narraba lo ocurrido un día antes,cuando a las 9 de la mañana las bombas de achique del viejocisterna se pararon al mojarse las bujías.
Por el peso el buque se había roto el último cabo de 3.5pulgadas con el que la embarcación estaba asida a tierra,comenzando a ladearse hasta que doce horas después se había ido apique por popa.
El “Cerro Azul” fue construido en 1928, en New Castle,Inglaterra, para 1940 se abanderó mexicano por PetróleosMexicanos (Pemex), presentando 9 mil 323 toneladas de peso muerto yuna capacidad de transportar 72 mil barriles.
Su máquina diésel tenía dos mil 700 caballos de fuerza lo quedaba la posibilidad de una velocidad de 9 millas náuticas, con uncosto de más de 36 millones de pesos, por lo que laSuperintendencia de Marina Pemex hacia todos los esfuerzos porsalvarlo.
Con los remolcadores “Morelos”, “Pemex XVIII”, “PemexXXIII” y “Pemex III”, así como los remolcadores “Golfo”,“Pánuco” y “Tamesí” trataron de retirarlo pero lacorriente generada por el crecido Pánuco lo hacía imposible.
“Dejó ahorcado al puerto de tampico por el hundimiento”,dijo el Capitán Miguel Ramón, de la Secretaría de Marina por loque mercantes como el “Veracruz”, cargado con 709 toneladas devíveres para los afectaos tampiqueños, no pudo ingresar aPuerto.
“Fue realmente impresionante como el enorme barco fue lanzadocontra las rocas y posteriormente se fue hundiendo, convirtiéndoseen imágenes impresionantes que dejó este huracán”, dijoCarolina Infante Pacheco, cronista de Ciudad Madero.
PONE EN RIESGO LAOPERATIVIDAD DEL PUERTO DE TAMPICO
El oleaje en el buque estaba sobre cubierta de popa y el primerpiso de su castillo, por lo que las autoridades marítimasordenaron amarrarlo a la escollera ya que amenazaba con resbalar yobstruir el canal de navegación, bloqueando el acceso al Puerto deTampico.
El Gobierno de Estados Unidos expuso su inquietud ya que al ser,desde entonces, principal socio comercial empresas navierascomerciales dependían de la actividad del recinto portuario delsur de Tamaulipas, el más importante del Golfo de México.
Se planteó la posibilidad de dinamitarlo ya que eldesmantelamiento demoraría casi medio año, pero la empresapetrolera en ese entonces con 17 años siendo nacional se negaba aperder el valioso barco.
El 13 de octubre se anunció que técnicos gringos y mexicanosefectuarán maniobras con poderosos barcos de salvamento y unremolcador - cable para tratar de salvar al “Cerro Azul”.
El proyecto era hacerlo con inyección de aire comprimido, paratratar por lo menos de extraer la maquinaria considerada moderna,tecnológica y costosa para esa quinta década del siglopasado.
OTROS BARCOS AFECTADOS POR“HILDA”
Los furiosos vientos generaron daños en varias embarcacionesamarradas a los muelles porteños, con pérdidas millonarias a lasnaves de diversas naciones.
El mercante “Amapá” de bandera brasileña enredó susanclas con el noruego “Byklefjell” a la altura de la zona deVaradero, retrasando por semanas su salida del país.
Incluso el “Amapá” donó sus víveres a los afectados delhuracán con un total de 100 kilos de pan, 4 cajas de latas deleche, 50 litros de leche fresca, 1 caja de latería y 50 kilos decafé, que sirvieron para calmar el hambre de decenas de personasalojadas en el edifico de la Aduana.
“Kirsten Tormenta”, también noruego presentaba algunosdaños por el impacto del viento que hacía parecer que eranprácticamente de papel.
La Unión Americana exigía la liberación del canal denavegación ya que preparaba la incursión marítima humanitaria,con los portaaviones “Saipan” y “Siboney”, sin precedentes,para apoyar a la devastada zona huasteca.
