Los bísquets calientitos ya salieron y en el "Café Selecto", ubicado a pocos metros del puerto de Tampico, los clientes están prestos para invitarle un café a la nostalgia.
En esta mañana fría de 7 grados centígrados, los jóvenes meseros, Brenda Rodríguez Torres y Alan Alejandro Gaspar Vallejo, salen elegantemente de la cocina presumiendo la charola repleta de bísquets recién salidos del horno mientras que los comensales ya están a la expectativa.
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El señor Barrón, tiene unas pocas horas de haber llegado a Tampico, viene del centro del país, trabaja en plataformas de Petróleos Mexicanos (Pemex), apenas llegó a su casa en El Cascajal, tomó su camioneta para dirigirse al Selecto.
“Mi padre me traía de jovencito de 8 a 10 años, de esa fecha a la actual yo vengo de perdido nos o dos veces al mes, si estuviera aquí vendrían todos los días al café a saborear los bísquets, es una delicia”, afirmó.
Primero a misa, después al café
José Alberto Corona, recuerda que visita este café desde que tenía entre 6 y 7 años de edad, aunque antes de poder darle la mordida este tradicional pan calientito, debía ir a la primera misa de la Catedral.
“Tenía 6, 7 años cuando mi papá acostumbraba a venir a la misa a la Catedral los domingos y después de ahí nos veníamos al selecto a disfrutar de los bísquets”, señaló.
“Mi papá, mi mamá, mi tía, a mí me quedó el gusto, me gustan los bísquets con mantequilla y café, he traído también a mis hijas”, agregó.
Destacó que la situación ha cambiado mucho actualmente debido a que la gente ha dejado de acudir a los sitios de tradición.
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"Antes se hacía fila hay que esperar en la fila para poder ingresar, los meseros, ya no están los de aquellos años, hoy venía a ver si hay lugar y sí ahora se ve ahora muy tranquilo”, apuntó.
Mientras que pasa el tiempo y pasa el frío en Tampico, el "Café Selecto" sigue convocando a los amantes de la nostalgia y el café, como el caso de Francisco Pérez, quien tiene 50 años acudiendo al restaurante para comprar sus bísquets, que ahora sin mantequilla ya cuestan 18 pesos.