Los antibióticos son medicamentos que previenen las infecciones bacterianas considerando su uso como delicado, sin embargo durante años la población los adquiría sin restricciones y ante cualquier síntoma, práctica lamentablemente que aún persiste.
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Con la alta incidencia de su uso, sin saber si se tiene o no una enfermedad que lo amerite, surge la posibilidad de que las personas desarrollen inmunidad o resistencia a estos fármacos y que la enfermedad se eleva a un riesgo de complicación y muerte.
Genaro Ortiz Rentería, director del Centro de Salud de Tampico, explicó que "los medicamentos siempre brindarán la resistencia para lo que están elaborados, al menos que la persona tenga una enfermedad mayor que provoque una reacción adversa, indicando que antibióticos no deben de ser utilizados para cuadros como dolor, fiebre o tos”.
Los antibióticos no combaten virus, hongos, ni parásitos, pero muchas veces esos síntomas son interpretados como la necesidad de suministrarse estos mencionados medicamentos.
Reconoció que si bien no es la persona la que genera la resistencia, sí es la bacteria que provoca la enfermedad la que se vuelve resistente a los antibióticos, por lo que algunos fármacos no logran el control del padecimiento. El Instituto Nacional de Salud Pública asocia la resistencia de la bacteria a enfermedades como neumonía, tuberculosis y gonorrea, de acuerdo a los estudios de vigilancia epidémico realizados en el país.
En torno al tema, Ortiz Rentería señaló que lo importante es que la población acate las medidas en atención a su salud, acudiendo a una consulta médica para un diagnóstico seguro y oportuno, así como ingerir únicamente medicamento recetado, de lo contrario se pueden desarrollar cuadros de diarrea.
MUTACIÓN DE BACTERIAS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que la resistencia de las bacterias se produce cuando estas mutan, al volverse resistentes a antibióticos, provocando enfermedades más difíciles de combatir, que llevan al aumento de mortalidad y estancia hospitalaria.
Hector Pérez Monsiváis, jefe de la Jurisdicción Sanitaria N°II de Tampico, dijo que en México se ha ido combatiendo esta resistencia a los antibióticos para disminuir los gastos hospitalarios y el aumento en los fármacos, al establecerse la venta de antibióticos sólo con receta médica.
En el artículo 226 fracción IV de la Ley General de Salud, modificado en el año de 2010, se establece la obligatoriedad de presentar receta médica para surtir antibióticos y que al vender el tratamiento completo indicado por el médico tratante la receta es retenida por la farmacéutica, a fin de que no sea resurtida.
De acuerdo a lo expuesto por el entrevistado, esta modificación en la Ley ha reducido hasta 80% el consumo desmedido de antibióticos por parte de la población de Tamaulipas, que al ingerir medicamentos no indicados pueden llegar a ocultar sus verdaderos síntomas, lo que genera un tardío diagnóstico aunado a gastos innecesarios.
Con base en los lineamientos de venta de antibióticos que entraron en vigor en agosto de 2010, se indica la verificación del control de ventas de antibióticos, considerando el médico que prescribe su cédula profesional y domicilio, además de la cantidad y tipo de medicamento que cada persona adquiere.
El Instituto Nacional de Salud Pública establece que en el país, antes de la modificación a la ley se asociaba hasta 40% del consumo de antibióticos por automedicación, reconociendo que actualmente las farmacias con consultorios pueden estar contribuyendo en un descontrol de la venta de antibióticos.
La OMS advirtió el año anterior que mientras existan países que no prohíban la venta de antibióticos sin receta médica, seguirá creciendo la resistencia bacteriana, por lo que es necesa-rio que se implementen acciones como la cobertura de vacunación y normas sanitarias, desde lavado de manos hasta desinfección de alimentos.