PRIMERA DE DOS PARTES
Al principio la mayoría de los tamaulipecos pensaron que era solo un rumor, aunque la violencia en la entidad -y en México- era real. Fuentes de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJT) finalmente lo confirmaron, aquel 28 de junio de 2010 habían asesinado al candidato a la gubernatura por la coalición “Todos Tamaulipas”, el Dr. Rodolfo Torre Cantú.
Junto a él, en la carretera Ciudad Victoria-Soto La Marina, perecieron el diputado local, Enrique Blackmore Smer y tres de sus escoltas.
“Si bien no era una niña de siete u ocho años que no captaba, a mis 15 y en plena conciencia de todo lo que estaba pasando, todavía no deja de existir el shock, la incertidumbre y un poquito de falsas esperanzas de que sea una noticia falsa, de ‘ahorita me van a decir que está en el hospital y que mi papá sí lo logró’”, recuerda Paulina Torre de la Garza.
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Al hablar de los meses de campaña, menciona que fueron una emoción y una aventura que disfrutó junto a su padre, ya que ambos compartían su gusto por las caminatas, las brigadas y escuchar a la gente.
“Para mí la campaña era algo muy emotivo y emocionante, saber que él iba a estar ahí en la gubernatura, haciendo lo que más le gustaba que era el servicio y que es algo que compartimos muchísimo, efectivamente era muy emocionante. Entonces bajo esta misma línea me gustaba mucho estar con él”, detalla para EL SOL DE TAMPICO.
EL DÍA QUE TAMAULIPAS SE DETUVO
Era el lunes previo a las elecciones, “ese día yo lo estaba esperando para ir al cierre de campaña -en Matamoros-, por alguna cosa u otra me dijo ‘espérate tantito, te vas con tu hermana y tu mamá, ahorita nos vamos a ver, va a tomar minutos y vamos a estar juntos”, rememora Paulina.
Sentada en una cafetería de la capital de Tamaulipas, donde brinda una entrevista exclusiva a esta casa editora, la joven tamaulipeca asegura que ella estaba esperando a que se diera la oportunidad de emprender el camino para llegar a su padre.
“En el momento que nos dicen lo que pasó fue un shock, no entiendes lo que está pasando. Fueron tantas versiones y son estas dos historias en las que se impacta y se paraliza todo un estado, pero también se paraliza tu vida porque acaban de matar a tu papá”, dice.
BUSCANDO JUSTICIA
Han transcurrido poco más de 11 años de ese suceso y para los tamaulipecos es un crimen que ha quedado, como muchos otros, en el cúmulo de expedientes por resolver, no se ha hecho justicia, aunque esta “es relativa”, explica la joven de 27 años.
“Hasta la fecha no sabemos quién fue, entonces la justicia yo creo que es algo relativo. Si bien es cierto que no existe un culpable o una persona que esté tras las rejas como el autor intelectual de lo que pasó, del asesinato de mi papá, la justicia para mi persona la tengo”.
Paulina enfatiza que para sobreponerse al dolor fue necesario perdonar, “encontré mi justicia para mí misma cuando decidí perdonar desde a las personas que jalaron el gatillo, hasta la mente maestra, la que dijo: ‘vamos a asesinar al candidato a la gubernatura, al doctor Rodolfo Torre Cantú’”.
Este proceso de sanación no ocurrió de la noche a la mañana, incluso fue por esa necesidad de cerrar el caso de su padre que decidió estudiar la carrera en Derecho, “quise buscar justicia para mi papá, empecé esta carrera pensando ‘voy a entrar y voy a aportar a que se haga justicia al asesinato de mi papá’. Después entendí que si seguía con este rencor que me carcomía -porque eso es lo que estuvo pasando durante muchos años, me carcomía el coraje, el rencor-, aunque existieran cinco o 10 personas tras las rejas esa justicia para mí no iba a ser suficiente”.
NADIE ESTÁ EXENTO
Al ser cuestionada sobre qué le diría a quienes han perdido a un familiar, amigo o ser querido a manos del crimen, la tamaulipeca resalta que fue ese dolor y el proceso de asimilación lo que inspiró su primer libro: Sí a Vivir.
“Créeme que precisamente por eso nace Sí a Vivir(…) Yo sé que el rencor y el coraje te carcomen y es como este vacío en el estómago que va subiendo, que incluso te cierra la garganta. Conozco ese sentimiento, lo he vivido y lo he atravesado, pero precisamente porque lo he atravesado es que he podido salir adelante”.
Remarca que con el amor incondicional de su mamá, de sus hermanos Beba y Rodolfo; tras acudir a terapia y adentrándose en temas como bienestar, sanación, liderazgo y abundancia, fue que entendió que es necesario hacer frente a las emociones negativas para retomar el amor hacia la vida.
“Ojo que esto es algo que no se supera, porque superar sería como olvidar y yo no quiero olvidar los momentos que pasé con mi papá, no quiero olvidar su amor; pero sí quiero salir adelante, sí quiero seguir con mi vida. Entonces les diría que no busquen esa superación de olvido, de olvidar lo que pasó”.
Paulina Torre asegura que jamás olvidará “lo que pasó el 28 de junio de 2010, jamás me va a dejar de doler decir que mi papá fue emboscado y asesinado, me dolió y me sigue doliendo.
Al día de hoy ese dolor lo siento, me permito sentirlo cuantas veces sea necesario (…) pero no permito que me domine, no permito que domine mi vida, me adormezca y me tenga con un sentimiento inexplicable y que no me deja moverme. Me permito sentirlo, atravesarlo y seguir adelante”.